Olimpiadas filosóficas

111 de satisfacción. Cuando te pones una meta y la cumples, te sientes libre: has llegado donde querías. Aun así, las utopías fallan y, más que liberar, se pueden transformar en grandes cadenas que restrinjan a la humanidad. Ese pensamiento pesimista está llevando al conflicto de si las utopías son buenas. Se podría decir que, aunque exista una parte negativa, al igual que dice el dicho popular: «si no lo intentas, nunca lo sabrás». Por eso hay que seguir lu- chando por lo que queremos, por defender nuestras ideas, aun sabiendo que puede con- vertirse en una distopía, por todos temida por su imagen en la literatura o en películas. Por otro lado, teniendo en cuenta algunos de los pensamientos acerca de la utopía a lo largo de los años, si hablamos de revolución en todo su significado, puede que aún no se haya asistido a ninguna, sino que se haya construido la historia del ser humano a través de muchas rebeliones sucesivas esperando a una revolución definitiva, que lo cambie todo. Es por eso que, quizá, sea tan complicado dar respuesta a la pregunta de si una revolución libera al ser humano: por el hecho de no haber experimentado una en todo su esplendor. Primero, habría que aclarar si realmente ha sucedido una revolu- ción y remontarse a antes de ella para ver si ha sido liberadora. Desde el punto de vista antropológico, se ha sugerido que el humano tiene una natu- raleza, pero que es muy moldeable en todos sus aspectos. Por ello, puede ser que sí sea liberador, porque cada persona es diferente, pero al tener ideas iguales, por ma- nipulación en muchas ocasiones, al cumplirse estas expectativas que tiene de la vida, ya se sienta uno mejor, libre, posiblemente por el hecho de que se le haya hecho caso, aunque pueda haber ido a peor. De cualquiera de las maneras, una utopía, solo como sueño, sí puede liberar por una cosa muy básica.Aunque sea por unos segundos, te transporta lejos de una realidad, en muchas ocasiones fea y desagradable, a la que encuentras millones de fallos. Pero en tu propia utopía, todo es del color que tú quieras. Siempre contando con el factor de usar la utopía como evasión y no como meta. Usándola como meta, siempre habría que tener en cuenta si es realizable o no, y los métodos con los que se quiere llevar a cabo. Utilizar un sueño como meta, es un ejer- cicio de reflexión y de preparación. No se puede esperar que todo salga bien a la pri- mera. Se trata de constancia y de no dejarte llevar por el camino que solo beneficie a unos. Cuando toda la especie se vea beneficiada gracias a llevar a buen puerto una utopía, entonces, será liberadora en general; mientras solo gratifique a un colectivo, seguirá siendo una prisión para otros. Con esto, sería aceptable decir que todo depende de cómo se mire, una utopía puede ser liberadora en cuanto a entretenimiento y lo puede ser si viene unida a una revolu- ción que cambie verdaderamente las cosas y que beneficie a todos como uno solo. Elsa Busquier Gras Colegio Carmelitas, Elda, ComunidadValenciana A día de hoy podemos ver, tanto en redes sociales como en los medios convencionales, cómo reaparecen ideologías como el comunismo o el socialismo, cómo se acrecientan las tensiones nacionalistas y separatistas, cómo se hacen más notorios movimientos

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