Olimpiadas filosóficas

169 En esta tabla se puede observar que los valores más importantes que se enfrentan entre sí (es decir, si respetamos uno, no podremos respetar el otro) son la prudencia (no arriesgar vidas inocentes, ni asumir el riesgo de una revolución) y la justicia (si seguimos de esta forma, las injusticias seguirán en aumento).También aparecen va- lores como la libertad y el respeto hacia cualquier tipo de ideología enfrentados a la igualdad y la lealtad. Solución: Un dilema moral es una situación en la que aparecen dos opciones o alternativas dife- rentes que ponen en juego una serie de valores morales que no pueden ser respetados de forma simultánea.Ante esta situación, yo actuaría apoyando una revolución gradual y pacífica. En mi opinión, el factor revolucionario más importante es la educación, pues sin duda la pluma es el arma más poderosa y, por tanto, se convierte en un instrumento de con- trol, como bien se puede observar en el estudio realizado por el doctor e investigador Jon E. Illescas en su libro La dictadura del videoclip . Es un estudio profundo en el cual se visualiza cómo se manipula y se establece un control en la música de éxito; uno de los factores determinantes para controlarla es el impulso que esta realiza hacia el pen- samiento crítico, aunque, en caso de que lo impulse, lo tiene verdaderamente difícil, porque la dictadura del videoclip decide qué música tendrá éxito y esta presenta una serie de características: temas insignificantes, demostración de riqueza, etc. La mejor forma de contrarrestar esto es mediante el pensamiento y la educación, ya que lo anterior es solo un ejemplo aplicado a una industria en concreto, pero es sencillo extrapolarlo a otros ámbitos, como los medios de comunicación, por ejemplo. Luego, seguiría intentando llevar a cabo una revolución mediante la unión de los movimientos del cambio de cada lugar y época, por ejemplo, el feminismo, la igualdad de derechos, etc., y de la forma más pacífica posible. Las revoluciones no violentas han tenido más porcentaje de éxito, según los estudios de investigadoras como María Stephan y Erika Chenoweth, y además implican menos riesgo y un cambio meditado desde el interior, por lo tanto, más duradero, ya que este surge desde una sociedad diferente. Aunque bien es cierto que una revolución entraña riesgos, existen precedentes en la época moderna (Gandhi y la independencia de la India, la igualdad de derechos y el voto de la mujer, entre otros). Con todo esto, es un hecho evidente que la violencia, aunque en menor grado, se manifiesta. Pero si, por ejemplo, la Revolución francesa no se hubiese llevado a cabo, la violencia sería muchísimo mayor, ya que se prolongaría una situación similar a la etapa de la Edad Media en Europa. Por eso, algunos filósofos afirman que la revolución es un paso hacia la utopía. De cada revolución que se ha llevado a cabo podemos extraer una serie de errores cometidos y aprender de ellos, y uno de los de- fectos más importantes, al menos en mi opinión, es el uso de la violencia. Estoy seguro de que, si las revoluciones no violentas no existiesen, no solo el número de injusticias y de víctimas sería mayor, sino que solo unos pocos (los privilegiados) podrían acceder a la educación. Así, lo que nos hace propiamente humanos, el intelec- to, estaría en proceso de extinción, ya que las mejores mentes no podrían usarlo con un sentido crítico y reflexivo.Además, el egoísmo de unos pocos acabaría destruyendo el planeta (problemas medioambientales, injusticias, etc.), confiando, como única for- ma de cambio, en las estrategias de los que tienen el poder en un momento concreto.

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