Olimpiadas filosóficas

45 la robótica y la nanotecnología, entre otros. De forma que, ¿qué nos impide llevar a la práctica el transhumanismo? ¿Por qué retrasar más la llegada del Homo sapiens 2.0? Existen diversos colectivos que se oponen a dicha mejora de la especie y tachan de des- humanizador el uso de la tecnología propuesto por los pioneros de la evolución genética. Pero ¿conlleva realmente la deshumanización? Me niego a creerlo. ¿Cuánta humanidad hay en aquel que siente placer asesinando?, ¿cuánta en aquel que, teniendo ya un capital envidiable, roba a su mismo pueblo? ¿Es realmente malo el cambio cuando nuestra espe- cie lleva millones de años evolucionando? La tecnología podría no ser la causa de nuestra enfermedad, sino la cura a nuestra creciente deshumanización y falta de conciencia so- cial. Gracias a microchips situados en el área adecuada del cerebro, podríamos erradicar la maldad de las personas, y podríamos prescindir de una vez por todas de castigos como la cadena perpetua o la pena de muerte, existente aún en algunos Estados. También hay quienes postulan que las máquinas en un futuro sustituirán al ser humano, pero todos ellos se equivocan. Cajeros automáticos, limpieza mecanizada, aprendizaje de idiomas a partir de aplicaciones, servicio automatizado, operadores robots…; es ob- vio pensar que muchos trabajos en un futuro estén condenados a la desaparición, pero muchos nuevos aparecerán, como reprogramadores celulares, analistas de riesgos ge- nómicos, consejeros genómicos, etc.Tal vez, todos aquellos que dudan de la prevalencia del ser humano sobre las máquinas deberían plantearse dedicarse a la filosofía. Si hay algo que las máquinas envidiarían, sería nuestra capacidad de envidiar. Las máquinas tienen en todo momento una limitación impuesta por el ser humano: un límite de cálculo, un límite de palabras, una limitación en sus acciones, un límite en su capacidad de ima- ginar y crear…, y somos y seremos siempre nosotros quienes las limitemos. Es por todo esto por lo que no debemos ver la tecnología como un rival, sino como un aliado. Un aliado fuerte al que debemos permitirle potenciarnos. ¿Por qué no devolver la vista a quien la ha perdido? ¿Por qué no devolver la movilidad a quien desea volver a caminar? ¿Por qué no utilizar el transhumanismo para eliminar las barreras físicas que aún aíslan a muchos en la sociedad? La tecnología no debería agravar nuestras dife- rencias sociales, sino equilibrar la balanza. Es de esperar que el coste económico de esta tecnología no sea asequible para toda la población en una primera instancia, pero eso no debería suponer un problema. Si nos remontamos unas décadas y recordamos el precio de los primeros teléfonos móviles, estos eran inasequibles para la mayoría de las familias. Sin embargo, hoy en día raramente conoceremos a una familia incomu- nicada. Es, por lo tanto, cuestión de tiempo que el precio de la cirugía genética –entre otros avances– se abarate. La tecnología nos llevará de cabeza a una nueva era y, aunque el ser humano sea re- ticente al cambio, la evolución está implícita en nuestra esencia, no existe ni existirá forma alguna de detenerla. Elisa Jiménez Hernández IESVía de la Plata, Guijuelo, Castilla y León Actualmente, todos conocemos la tecnología, pues está por todas partes. Considero que esto supone un problema grave que afecta a todo el mundo y apenas le damos la impor- tancia que se merece. ¿Qué suponen las nuevas tecnologías y qué implica su avance?

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