Olimpiadas filosóficas

51 likes y refuerzos positivos vacíos de significado. Me gusta que se convierten en una nueva manera de rezar. Resulta esencial, entonces, plantearse cómo hemos llegado hasta aquí. Si el ser hu- mano crea la tecnología, ¿cómo es posible que acabe esclavizado por ella? Ante una cuestión de tal envergadura cabe solo replantearse la pregunta. Y para ello hay que volver a una de las nociones anteriormente puestas sobre la mesa. Si bien el ser hu- mano crea la tecnología, no están en posesión de todos los seres humanos los medios que la posibilitan. Igual que el capital financiero, al cual la tecnología va estrecha e in- eludiblemente ligada, la capacidad de crear tecnología y transformar lo que nos rodea se encuentra concentrada en las manos de unos pocos. La transparencia con la que hoy se pueden ver online nuestras vidas obedece a una lógica financiera; y la conformi- dad que posibilita dicha difusión, a todo un sistema de pensamiento cuidadosamente afinado para mantener al pueblo con pan y circo. Ante el enorme panóptico que revela ser nuestra sociedad, cualquier ideación sobre la vigilancia elaborada por Bentham queda en un juego de niños. Hasta aquí, he analizado la realidad visible que se nos presenta, pero es indudable también que la filosofía debe, en la misma medida que formula preguntas, elaborar respuestas para transformar la realidad hacia otros caminos. Un panóptico siempre es un edificio sujeto a demolición si se poseen las herramientas para ello.Y dichas herra- mientas son, precisamente, tecnologías: aquello que debe cambiar de manos y modi- ficarse radicalmente en su uso. No busco exponer nuestro mundo como una distopía irresoluble, sino como un tren que debe cambiar de vías. Imaginemos por un momento una tecnología puesta al servicio del bienestar humano y su convivencia con el entor- no. Una producción alimentaria que, en vez de generar hambre y miseria, nutra y cuide a la población. Unas formas de comunicación que, lejos de crear barreras invisibles entre nosotros mismos y los demás, permitan el mayor entendimiento y empatía jamás posible para el ser humano. Un despegue tecnológico no dedicado a crear riqueza para unos pocos, sino a redistribuirla, a curar enfermedades, a llevarnos por el camino del progreso y no el de la obsolescencia programada. La respuesta a las consecuencias negativas de la tecnología no es la vuelta a un primitivismo ridículo y falto de sentido: es poner la tecnología al servicio del ser humano para superar las adversidades. Si el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad quien lo corrompe, mi atrevida pro- puesta es que sea la tecnología quien lo salve. María Martín Gutiérrez Colegio SalesianosAtocha, Madrid, Comunidad de Madrid Según la teoría de la evolución, aceptada actualmente de forma universal, el ser huma- no de hoy en día representa el fin del proceso de hominización; después de nosotros no habrá ninguna especie más. Pero, desde hace unos años, la idea del transhumanismo se ha ido haciendo cada vez más presente en nuestras sociedades. Esta postura afirma que el ser humano actual seguirá evolucionando y, gracias a las nuevas tecnologías y el vertiginoso avance de estas, llegará a existir otra especie superior, llamada post- humana . Estos posthumanos serán superiores física e intelectualmente a nosotros, y no están tan lejos de nuestros días como podamos llegar a pensar. Si las tecnologías

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