Olimpiadas filosóficas

57 cida como minduploading , la cual es también un intento de pervivencia de nuestro yo, pero mediante la codificación y transferencia de una mente real a un sustrato artificial. Sin embargo, en ambos casos, el planteamiento parece resultar erróneo, en tanto que ese yo está permanentemente subordinado a la pervivencia de nuestro cuerpo, de nuestra vida. No obstante, vemos que, a pesar de que tal planteamiento pudiese resultar incoherente, incluso absurdo, parece que no lo era el fin que se perseguía: la inmortalidad. ¿Quién no ha deseado alguna vez no morir nunca, ser infinito? De esta forma, podremos valorar ahora la segunda de las dos alternativas previamen- te presentadas como solución al humano miedo a la muerte. Sin recurrir esta vez al alma inmortal, sino a la creación de robots o androides, el ser humano busca ahora hacer que su vida perviva, sin importar que nuestro yo perezca como consecuencia necesaria que se deriva de este proceso. Aquello que me hace a mí ser yo y a él ser él, el alma, desaparecería, ya que su existencia tan solo aparece unida a un cuerpo humano, no robótico. Ignorando este contratiempo, los humanos hemos preferido centrarnos en hacer que nuestra vida continúe en los robots, actuando como creadores, transmitiéndoles nues- tros conocimientos, aplicando en su creación nuestra inteligencia. Parece evidente que no hemos sido conscientes de las complicaciones que este proceso de automati- zación ocasionaba.Y es que, toda novedad técnica crea tantos problemas como nuevas soluciones. Estamos asistiendo a la introducción de los robots en el mundo laboral y, con este pro- ceso, al surgimiento de una gran cantidad de interrogantes nunca antes planteados. Incluso el tema de la ética en el campo de la robótica suscita ahora un gran interés, y es que ¿pueden ser los robots considerados personas? La respuesta obliga a replan- tearse conceptos que hasta este momento no habían despertado un gran interés: ¿qué se entiende por persona? Es conveniente recordar qué definimos como ser humano antes de profundizar en la complejidad del concepto de persona . Un ser humano es «todo aquel individuo que ha nacido de padres humanos».Al margen de ser feos o guapos, altos o bajos, todos nosotros tenemos algo en común: somos humanos, hemos sido engendrados por una pareja de humanos, macho y hembra. Por consiguiente, este es un concepto biológico, mientras que el concepto de persona es cultural. Podríamos afirmar que se nace humano, y se llega a ser persona. De esto se deriva que la condición de persona no se hereda, sino que se alcanza mediante la ac- ción a lo largo de la vida. Como explicó el filósofo prusiano Immanuel Kant, la persona es un «agente racional y moral». Diferenciándose así del resto de seres vivos o naturales, el ser humano puede adquirir las habilidades y comportamientos propios de la persona, que fundamentalmen- te son la racionalidad, la conciencia, la capacidad de pensar y la de conocer la verdad, el bien y el mal. De esta forma, una vez aceptado que todo individuo que cumpliera estas condiciones podría ser considerado persona, parece necesario plantearse otra cuestión: ¿serían los robots capaces de desarrollar racionalidad, pensamiento lógico y moral? A favor de una respuesta positiva, es decir, entender a los robots como poseedores de un potencial pensamiento lógico, encontramos a los defensores del experimento de Turing. Este test pretendía servir de método para determinar si un robot era capaz de ser confundido con una persona. Para sorpresa de muchos, fueron numerosas las oca- siones en las que el entrevistado no supo diferenciar si su interlocutor se trataba de una persona o una máquina. No obstante, no tardó en surgir la crítica a ese resultado:

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