Olimpiadas filosóficas

62 de vida. Si los robots poseyeran autoconciencia, su carencia de cuerpo biológico ase- guraría la transmisión cultural y permitiría eliminar la limitación de la muerte. Sin embargo, diversos factores dificultan el logro de la humanización digital. Por una parte, la ya citada infravaloración de las disciplinas lingüísticas y filosóficas a favor de las ciencias cuantitativas como las matemáticas (que conforman la episteme , «el sistema de símbolos con los que nos acercamos a la realidad»). Por otra, el factor económico, pues las máquinas podrían sustituir a trabajadores humanos, como ya su- cede en algunas compañías; lo que podría provocar un segundo movimiento ludita. Por otro lado, las grandes empresas no se verían favorecidas por la autoconciencia digital, pues las máquinas reclamarían una compensación por su trabajo, como sus equivalen- tes humanos, lo que podría revolucionar el sistema económico actual. Además, podría tener lugar un enfrentamiento entre los humanos biológicos y los digi- tales , ya que, en Occidente persiste la idea, procedente de la tradición cristiana, de que se necesita un cuerpo para contener una mente. Esto podría crear una gran oposición a considerar a los nuevos seres humanos como tales, a pesar de que la estructura de los dispositivos electrónicos se asemeja a la corporal, en la que los cables, por ejem- plo, realizarían la función de nuestras conexiones neuronales, y la placa base, la del cerebro. La humanización digital, en definitiva, provocaría una revolución no solo científica, sino también del paradigma epistemológico y la concepción de la existencia: el triunfo sobre la naturaleza. De este modo, resulta imprescindible dotar a los robots de capaci- dades lingüísticas, para que puedan tomar partido en la acción cultural inherente a la humanidad. Sin embargo, la tradición cultural y los intereses económicos obstaculizan este proceso, que, en la parte técnica, se encuentra en un estado muy avanzado. Investigaciones como la de Aylin Caliskan y Joanna Bryson, antes mencionada, anti- cipan un futuro cada vez más próximo, que los grandes intereses no podrán frenar por mucho tiempo. Carlos Seguí Llull IES Joan Ramis i Ramis, Maó, Islas Baleares El aeropuerto es un lugar que siempre me ha fascinado, desde que era pequeño. Esta mañana, con motivo de asistir a esta olimpiada, he tenido el placer de coger un avión y, por lo tanto, he podido volar entre todo tipo de seres caminantes cuyo destino des- conozco. Es lo que me gusta: imaginarme sus vidas. En el avión, antes de despegar, he contemplado con disimulo y mucha curiosidad como el hombre que se sentaba a mi derecha articulaba su mano dibujando una cruz en el aire.Y me he preguntado acerca de las religiones, acerca de la mente. Para poder entender los cambios y las influencias de las nuevas tecnologías sobre los humanos, primero debemos intentar comprender el significado de mente . La mente es, sin duda, un concepto muy ambiguo y difícil de definir. Hasta los científicos más exper- tos en este campo tienen sus dudas y limitaciones. ¿Qué somos? ¿Qué hay dentro de los humanos? Si abordamos la cuestión desde el pensamiento religioso, encontraría- mos la respuesta en el alma. La persona que se sienta a mi derecha considera, proba- blemente, que los humanos somos almas. Estamos formados por esta entidad eterna

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