Olimpiadas filosóficas

82 Ejemplo: un chico y una chica son amigos desde hace muchísimo tiempo, pero el chico empieza a sentir cosas bastantes fuertes hacia su amiga y decide drogarla sin su consentimiento, para que ella también se enamore perdidamente de él. Esto es lo que no se debería hacer. No somos nadie para controlar a otras personas. Asimis- mo, en otros casos, se puede llegar a utilizar los fármacos con intención de burlarse de otra persona dejándola en ridículo y humillándola, o, incluso, para intentar abu- sar de ella aprovechando los falsos sentimientos que provoca. Estamos llegando a niveles bastante crueles, pero, desgraciadamente, hay personas en el mundo con ese tipo de personalidad. Ahora que ya he establecido dos situaciones, legal y no legal, en las que, en ambos casos, se llega a la conclusión de que dichos fármacos son bastante peligrosos, vamos a ver si podemos sacar algo bueno del invento. Como he empezado diciendo, el amor es muy bonito y hay que saber disfrutarlo; y, ¿qué mejor manera que aumentando el cariño de una persona que siente hacia ti? En los casos anteriores he mencionado que este tipo de medicamentos al tipo de amor que más beneficiaría sería al amor en pareja. Ejemplo: una pareja que están casados des- de hace cinco años y se quieren muchísimo, pero han observado que, últimamente, la llama del amor se va apagando entre ellos, por lo que deciden comprar estas pastillas (en el caso de que fueran legales) para ver si pueden volver a sentir otra vez la misma pasión que sintieron hace tiempo, ya que ninguno de los dos quiere distanciarse de la otra persona, debido al enorme cariño que se tienen. Después de tomar esta decisión hay dos posibilidades: • En el caso de que tengan buena suerte y los medicamentos realmente funcionen, será estupendo, ya que pueden recuperar la relación perdida que tenían. • En el caso de que tengan mala suerte, y como se dice en la formulación del dilema, puede haber casos con el efecto contrario, podría destruir completamente la rela- ción de estas personas. Siempre he mantenido que soy una persona que intenta hacer lo más ético dependien- do de las circunstancias: yo misma me pongo en el lugar de estas personas e intento ser lo más objetiva y decidir lo más correcto posible. Pero como naturalmente estamos hablando de filosofía y casos hipotéticos, no hay decisiones correctas e incorrectas, simplemente decisiones personales. En referencia la reflexión que he hecho: • ¿Debería prohibirse el uso de los fármacos del amor ? Dado que hay más contras que pros, lamentablemente, no estaría a favor de un invento (indudablemente ha llevado su trabajo e ingenio) que tendría la capacidad de manipular emociones y sentimien- tos que naturalmente no se producen.Ya que el hecho de poder hacer lo que creamos conveniente en cada ocasión es lo que realmente nos hace personas, no estaría bien intentar manipular las decisiones de otro ser humano a nuestro antojo. • En el caso de que se legalizase su utilización, ¿cambiaría nuestro modo de entender las relaciones humanas y nuestra idea general de la naturaleza humana? Probable- mente, ya que llegaríamos todos a un punto de no poder diferenciar la realidad, es- taríamos sometidos a la voluntad de alguien y no podríamos tomar nuestras propias decisiones. Personalmente, y por último, no creo que este invento ayude al desarrollo humano, ya que básicamente nos privaría de nuestra capacidad más importante, la que nos hace seres humanos: el uso de la razón y la libertad de tomar nuestras propias decisiones.

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