Olimpiadas filosóficas

87 otro lado, si se prohibiese, haríamos que nadie corriese ningún riesgo, pero también estaríamos dejando pasar la oportunidad de ayudar a numerosas parejas. Argumentos en contra de su legalización serían, por ejemplo, que un fármaco de tales características tendría probablemente un precio muy elevado, siendo accesible sola- mente a una pequeña parte de la población, por lo que no compensaría arriesgarse a per- judicar a muchos para ayudar a unos pocos. Otro argumento en contra sería que estas sustancias afectan solo a los impulsos biológicos de una persona. Cuando una pareja se separa suele ser porque a uno no le gusta la manera de ser del otro y con este fármaco seguiría sin gustarle, solo que unos sentimientos falsos producidos por hormonas le lle- varían a relegar eso a un segundo plano y a seguir viviendo con una persona con quien, en realidad, no encaja, en vez de buscar a alguien que le guste. Además, ¿cuál sería el sentido de tratar de agradar a tu pareja y cuidar la relación si se puede olvidar o pasar por alto cualquier error con solo tomar un fármaco? Por último, también cabría decir que el tipo de placeres que se han de perseguir son aquellos naturales y necesarios, según la ética hedonista de Epicuro, y aunque salvar una relación no es en ningún modo algo superfluo o innecesario, hacerlo a base de fármacos no es muy natural. Por otro lado, también hay muchos argumentos a favor. Para empezar, el efecto de hormonas como la oxitocina o la dopamina en el cuerpo humano no es permanente y se disipa a las pocas horas, por lo cual, aunque el medicamento permita bajar la guar- dia de una persona momentáneamente, no permite ejercer control sobre ella de forma prolongada. Sin embargo, este argumento no tiene mucho peso, ya que se podrían dar dosis continuadas a la posible víctima, manteniéndola de forma ininterrumpida en un estado de enamoramiento . Otro argumento a favor sería que, como dicta el utilitaris- mo −por el que se rige la mayor parte de nuestra sociedad actual−, la acción ética es aquella que proporciona el bien para el mayor número de personas posible, aunque se pudiese alcanzar un bien mayor para un número más reducido de personas. Se podría contraargumentar que qué culpa tienen las potenciales víctimas de que dos perso- nas se nieguen a abandonar una relación que no funciona, pero creo que esto sería como preguntarse qué culpa tiene la gente que paga impuestos de que haya gente sin empleo por no haber estudiado lo suficiente, ya que ni el parado ha elegido estar así voluntariamente ni el fin de una relación es algo fácil o que ocurra por negligencia (al menos en parte de los casos). Por último, el argumento a favor que, en mi opinión, más peso tiene es que, si esta sustancia se regulase estrictamente y fuese accesible solo bajo receta médica, sería bastante difícil usarla con fines amorales, casi tanto como otras sustancias que son mucho más peligrosas y sin embargo no han causado un nú- mero de víctimas considerable comparado con el bien que hacen. En conclusión, si estuviésemos ante un químico que enamorase a la gente, se enfren- tarían valores como la genuinidad de los sentimientos contra la felicidad, y también se dejarían entrever valores como la dignidad (de una persona que puede ser manipulada) o el respeto (hacia tu pareja, que se vería reducido si los enfados que se le causasen se pudiesen solventar fácilmente). Sin embargo, este fármaco solo crea una sensa- ción de enamoramiento y no puede ser programado para que te enamores de alguien en concreto. Si actúa como las hormonas, solo creará esta sensación de amor con gente con la que ya haya una predisposición previa, por lo que el argumento de que va contra la genuinidad de los sentimientos pierde peso. Además, si añadimos a esto que esta sustancia estaría con mucha probabilidad severamente regulada, acabamos te- niendo una opción muy poco eficiente para manipular gente comparada con drogas ya existentes para anular la voluntad, que serían igualmente difíciles de conseguir y más efectivas. Por ello, yo creo que sí debería legalizarse este fármaco del amor .