Olimpiadas filosóficas

96 Si en algún momento te has planteado algo así, tomar la pastilla o hacérsela tomar a alguien en caso de tener la posibilidad, vuelve a planteártelo. Porque, si amas a al- guien, no le harás algo tan inhumano como agarrar lo más profundo de su ser y mol- dearlo a tu gusto.Y porque, si te planteas amar a alguien artificialmente, te condenas a una vida vacía y para nada con la presencia de ese amor . Pablo Rubio INS Montjuïc, Barcelona, Cataluña Personalmente creo que deberían prohibirse los fármacos del amor , pues estoy en des- acuerdo con la utilización de productos químicos con fines no médicos, ya que ingerir sustancias químicas siempre puede comportar problemas. Por tanto, considero que solo se deben consumir para casos en los que sea cien por cien necesario. Además, los tratamientos hormonales casi siempre conllevan efectos secundarios, y, como se cita en el planteamiento del dilema, esos fármacos podrían producir efec- tos no deseados, como enamorarse de personas que, en circunstancias normales, no amaríamos, cosa que sería uno de los males menores que podrían ocurrirte, ya que hormonarse puede acarrear siempre problemas más graves, por ejemplo, de salud o estéticos. Los fármacos del amor , a pesar de lo bonito que pueda parecer su efecto, no solo se podrían usar para el bien, como, por ejemplo, que un matrimonio no se divorcie; tam- bién se podrían utilizar para cosas malas, como violaciones, incluso, y esos hechos serían legales , es decir: se podrían producir violaciones de manera legal, ya que la per- sona violada, al ingerir el fármaco, que sería legal, pasaría de no querer nada con esa otra persona a llegar incluso a tener relaciones sexuales. Sí, es cierto que esto ya pasa con drogas como la burundanga, pero esta droga es ilegal, por tanto, estaríamos lega- lizando un tipo de burundanga, pero solo para el ámbito amoroso. El único uso medianamente decente de estos fármacos sería para que las relaciones de pareja o matrimonios duraran mucho más tiempo, pero durarían más tiempo de manera artificial, es decir: ¿serían felices? Sí, puede que lo fuesen, pero sería una felicidad artificial, una felicidad forzada. Las relaciones de pareja se desgastan, y eso, a pesar de lo que la sociedad nos quiera inculcar, no es malo, es decir: todo se desgas- ta y de vez en cuando hay que renovar o, si no, aprender a convivir con ese desgaste. Cuando un coche viejo se empieza a desgastar lo llevas al taller, que podrían ser las terapias de pareja, pero si el coche ya está tan desgastado que ninguna pieza funciona, no intentas repararlo para que vuelva a estar como el primer día, que sería como tomar los fármacos. Es cierto que en esta metáfora los fármacos son tomados después del desgaste, pero ¿para qué serviría tomarlos nada más empezar la relación? Es decir, estarías demostrando que no crees que la relación vaya a prosperar, sería como tomar el medicamento antes de tener la enfermedad. La ciencia y la tecnología hasta el día de hoy han contribuido, por lo general a mejorar y/o facilitar las relaciones humanas, pero, en este caso, creo que sería ir demasiado lejos: la ciencia y la tecnología pasarían de mejorar y/o facilitar las relaciones huma- nas a cambiarlas por completo. La relación es una de nuestras funciones vitales, junto a la alimentación y a la reproducción. Es cierto que en el ser humano ninguna de las

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