Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

106 A continuación, con la finalidad de que el alumnado tome conciencia del proceso de comunicación , el/la docente les pedirá nuevamente que cierren los ojos y que respiren tranquila y lentamente. Después de varias respiraciones, formulará una serie de preguntas que el alumnado no debe responder en voz alta, sino reflexionar sobre ellas. Las preguntas podrían ser de este estilo: ¿ He escuchado con atención lo que ha dicho el compañero o la compañera? ¿O, por el contrario, he estado distraído/a? He respetado las emociones y experiencias que han expresado mis compañeras y compañeros? ¿O, por el contrario, me han parecido ridículas o tontas? ¿He sido sincero/a cuando he hablado de mis emociones? ¿O me he guardado cosas? ¿Me ha ocurrido alguna vez una experiencia que me provoque las emociones que han dicho los compañeros y compañeras? ¿Cuál o cuáles? Se dejarán unos momentos para que las preguntas calen en el alumnado; después, los/las escolares, dirigidos por el maestro o la maestra, abrirán poco a poco los ojos los ojos y se distribuirán por aula. En el sitio que elija, cada escolar hará en un papel una pintura sobre lo que más le haya llamado la atención de la actividad. Para delimitar la tarea y vincularla con la escucha activa y la comunicación emocional , el/la docente puede sugerir a los alumnos y las alumnas que intenten representar, mediante dibujos y colores, alguna de las emociones que los compañeros y las compañeras hayan compartido, pero no la suya propia. Después, escribirán en el mismo papel dos adjetivos que, a su juicio, le vayan bien a esa emoción. Se podrían exponer las obras en un panel en clase, reservarlas para otra actividad o que cada escolar guarde la suya. EL ESPEJO Autoría: Josué Villanueva Quintero, adaptada por Paula Alonso Rosario. Temporalidad: 1 sesión de 45-50 minutos. Materiales: Tarjetas con preguntas (una por niño). Se comenzará la sesión comentando al alumnado que muchas veces nos centramos tanto en nosotros mismos que no pensamos en los demás , en cómo se sienten las otras personas y en cómo nosotros y nuestros actos influyen en ellas. A fin de animar a la reflexión e introducir al alumnado en la dinámica, se podrán hacer algunas preguntas, por ejemplo: ¿Me he parado a pensar cómo se puede sentir un compañero o una compañera si los demás se ríen de él/ella? ¿Si le digo lo que me gusta su camiseta nueva? ¿Si se le rompe su juego preferido? Las preguntas no tienen por qué restringirse al ámbito escolar, también se puede llevar la reflexión a la familia, al grupo de amigos, a las redes sociales, etc. Concluida la introducción, se repartirá a cada niño o niña una tarjeta con preguntas que reflejan distintas situaciones, por ejemplo: ¿Cómo te sentirías si

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