Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

117  Estar presentes, la presencia es la premisa para la escucha emocional. Practiquémoslo. Actividad: estar presente desde la corporalidad Esta actividad está orientada para ser practicada por los docentes como un modo de ejercitar nuestra presencia docente, condición previa para la escucha emocional. Habitualmente no estamos acostumbrados a realizar ejercicios corporales, la invitación es que nos permitamos vivenciar estas actividades, pues nuestra corporalidad refleja nuestra emocionalidad.  Duración aproximada: 5 minutos.  Lugar tranquilo y sin interrupciones. Nos colocamos en posición de centramiento o equilibrio corporal, preferiblemente de pie, pero, si se siente más cómodo, también se puede realizar la actividad sentados. La posición de equilibrio corporal consiste en colocar en un mismo eje nuestros pies, rodillas, caderas y hombros, de manera que el centro de nuestro cuerpo (que está situado dos dedos por debajo de nuestro ombligo) quede en equilibrio. Se recomienda bajar la mirada o cerrar los ojos, para lograr mayor concentración. Pero, lo más importante, es que se sientan tranquilos/as y cómodos/as. Respiremos “sin prisas y con pausas”. Tomamos aire por la nariz, realizamos una inspiración profunda de forma diagfragmática, retenemos unos segundos ese aire en nuestros pulmones, tomando consciencia de cómo ese aire nos llena, ahora lo soltamos también por la nariz, espirando lentamente, muy lentamente y extendiendo lo más posible la salida del aire. Y pausamos por unos segundos ese vacío de aire, para, nuevamente, volver a repetir los cuatro movimientos: inspirar, pausa, espirar, pausa. Continúo con la respiración consciente, mientras observo mi corporalidad. Observo la sensación de mis pies en contacto con el suelo, percibo cómo la planta de mis pies está en contacto con el suelo. Para hacer presente esa sensación, si así lo siento, muevo los dedos de los pies y los libero de posibles tensiones. Observo la sensación de mis piernas, de mis tobillos, canillas, rodillas y muslos. Si los percibimos tranquilos, nos quedamos en presencia, con nuestra respiración. Si los percibimos con alguna tensión, la localizamos y hacemos movimientos de estiramientos, con cuidado, y, al mismo tiempo, con la fuerza que necesitemos para suavizar esa tensión. Ahora, observo el centro de mi cuerpo, las caderas, la cintura y el lugar donde se albergan los órganos vitales. Y nuestros hombros y espalda. Realizo movimientos circulares que me permitan estar más presente y poner atención a mi propia corporalidad. Si percibo que estoy algo inclinado/a, con alguna tensión

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTcz