Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

122 Cuando hayan trascurrido unos minutos, les invitamos a interpretar el sonido de su corazón, a través de golpes con las manos sobre la mesa o sobre alguna superficie corporal como los muslos, también pueden utilizar palmas o golpes con los pies en el suelo. Pueden utilizar el recurso que quieran para interpretar su melodía interior. III. ¿El corazón siempre interpreta la misma música? A continuación, se les realizan las siguientes preguntas: ¿Y el corazón siempre suena igual? ¿Cómo es el sonido de un corazón triste? ¿Y el de un corazón enfadado? ¿Cómo les suena el corazón cuando tienen miedo? Dejamos unos minutos para que expongan sus ideas. El corazón es un músculo que según la emoción que estemos sintiendo interpreta una música u otra. ¿Qué les parece si intentamos interpretar una música diferente a la de antes? Igual que hicimos anteriormente, cerramos los ojos para intentar mirar hacia nuestro interior y concentrar nuestra atención sobre lo que va a ocurrir ahí dentro. Vamos a intentar recordar, es decir, volver a pasar por el corazón, una emoción que no nos haya hecho sentir muy bien, puede ser miedo, tristeza, enfado…, una emoción que haya alterado el ritmo de nuestra música interior. Pasados unos minutos, como en el ejercicio anterior, se les invita a interpretar el sonido de su corazón a través de la percusión corporal. ¿Qué les ha parecido ahora esta música? ¿Cómo se sintieron al escuchar el latido emocional de los demás compañeros? IV. ¿Por qué es tan importante la música interior? ¿Qué ocurre cuando escuchan música muy alta con los cascos puestos, qué ocurre cuando vemos la televisión muy alta y nuestra familia trata de comunicarse con nosotros, qué ocurre en clase cuando todos están hablando muy alto? Pues con el corazón pasa lo mismo. ¿Sería posible vivir constantemente con una música estridente saliendo desde nuestro corazón? ¿En qué notaríamos los demás esa música? V. ¿Y si pudiéramos controlar nuestro instrumento? Hemos escuchado la diferencia entre una melodía y otra, ¿verdad? ¿Cómo podemos hacer para que el corazón vuelva a tocar una melodía que nos tranquilice y nos haga sentir mejor? Pues vamos a averiguar cómo a través de un experimento. Les invitamos a colocarse de pie en el sitio (respetando siempre la distancia de seguridad) y a localizar nuevamente el pulso. Cuando sentimos emociones que no nos hacen sentir bien, la música del corazón se acelera o pierde el ritmo natural y armonioso de cada uno. Vamos a

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