Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

145 La hormiga y el pez La instrucción es que tienen que hacerse pequeños, muy pequeños, y mover brazos y piernas como si fueran una pequeña hormiga. Con este movimiento estaremos provocando una tensión muscular que relajaremos pidiéndoles que, poco a poco, se vayan convirtiendo en un pececito que flota en el agua, para que noten la relajación en los músculos. El peluche Nos serviremos de un peluche para ayudar a nuestro alumnado a sentir el contraste entre tensión y relajación. Empezamos explicando que van a ser el papá o la mamá del peluche y que lo quieren mucho, y por eso lo abrazan muy fuerte. De esta manera se crea una tensión muscular que hay que relajar poco a poco, pidiéndoles que aflojen el abrazo para no hacerle daño a su peluche. Además, con esta acción se establece un vínculo interesante entre el niño o la niña y el peluche, que podrá ser utilizado, en otras ocasiones que así lo requieran, para provocar sensaciones de relajación de forma personalizada. Somos marionetas Se explica a los niños y las niñas que son marionetas que están siendo manejadas por un titiritero, mediante hilos o cuerdas que tienen en cada extremidad, en la espalda y en la cabeza. El titiritero va tirando de las diferentes cuerdas para que hagan gestos y acciones. El/La docente dará esas indicaciones, haciendo él/ella de modelo, para tensionar y relajar las diferentes partes del cuerpo: cabeza, cuello, brazos, piernas… Una vez que se experimente con las diferentes partes del cuerpo, se indica que el titiritero deja caer una de las cuerdas, por lo que deben relajar la parte del cuerpo correspondiente durante unos segundos, y hacer lo mismo con las otras partes del cuerpo. El juego termina cuando el/la docente dice que el titiritero suelta todas las cuerdas a la vez, por lo que los alumnos y las alumnas tienen que relajar todo el cuerpo, quedándose tumbados en el suelo. El muñeco de nieve Distribuimos al alumnado por parejas. Uno de los miembros va a ser un muñeco de nieve, y el otro debe ir dando forma a su muñeco, apretando levemente las diferentes partes del cuerpo que el/la docente vaya indicando. Se empieza por la cabeza y se sigue por la cara, el cuello…, hasta llegar a los pies. Según le vayan apretando cada parte del cuerpo, el alumno o la alumna que hace de muñeco debe tensar todo lo que pueda los músculos de esa parte hasta quedar inmóvil y encogido. Una vez recorrido de esta forma todo el cuerpo, el/la docente anuncia que está llegando la primavera y el calorcito, y que el sol va a ir derritiendo poco a poco el muñeco de nieve. El otro miembro de la pareja hará de rayos del sol a través de masajes suaves sobre los músculos, en el mismo orden que se ha seguido para tensarlos. Con ello, el alumnado irá estirándose de forma progresiva y relajando los músculos. A continuación, se intercambian los papeles.

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