Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

149  Pensar en cómo nos sentiríamos si nos quemásemos porque el agua ha rebosado; nos sentiríamos de forma parecida si alguien explota y nos pega o nos hace daño, lo que nos recuerda que no está bien pegar.  Respirar hondo tres veces y contar despacio hasta diez. Viene a ser como bajar el fuego para evitar que el agua se salga.  Tomarse tiempo para calmarse y pedir ayuda a un adulto si fuera necesario. Es como apartar el caldero del fuego antes de que rebose el agua. Una vez elaborados los murales, cada grupo presentará su estrategia y mostrará una situación en la que se pueda aplicar para controlar la impulsividad. LA RABIA O EL DRAGÓN DE JORGE  Autoría: Claudia Gutiérrez Tavío. Al comienzo de la primera sesión , el/la docente pedirá a su alumnado que escuche atentamente una historia . Leerá en voz alta una versión coeducativa de la leyenda El dragón de san Jorge : Érase una vez un reino muy lejano donde sus habitantes vivían atemorizados por culpa de un gran dragón que asustaba a todos y causaba daños entre la población y los animales. Para tranquilizarlo, los habitantes del pueblo decidieron dar al dragón cada día una persona en sacrificio. Y así se realizaba un sorteo en el que salía elegida la persona que debía ser entregada al dragón. Un día, la mala suerte hizo que le tocara al hijo del rey, que se llamaba Jorge. Era un príncipe joven y guapo, muy admirado por los habitantes del pueblo, en especial por su padre, quien se resistía a entregarlo en sacrificio. Al ver el sufrimiento del rey, muchos ciudadanos se ofrecieron para reemplazar al príncipe, pero el rey se negaba a que otros tuvieran que pagar por la suerte de su hijo. Además, él era consciente de que su hijo formaba parte del pueblo y, por tanto, debía seguir las normas que hasta el momento se habían pactado. Así pues, Jorge abandonó la ciudad y se dirigió sin prisa en dirección al gran dragón. De pronto, sin que él se lo esperase, apareció una joven con armadura montada sobre un caballo blanco. Al verla, Jorge le contó los peligros que podía sufrir si se quedaba en ese lugar, pero la chica se negó a abandonarlo a su suerte y le dijo que ella estaba allí para salvarlo. Ambos se enfrentaron al dragón tan pronto como este apareció, librando con él una dura batalla hasta que lograron dominarlo con una gran cuerda. De las lágrimas que derramó el dragón nació un hermoso rosal que Jorge entregó a la chica que le ayudó a ganar la batalla. Una vez leída la historia, y antes de seguir con el resto de la actividad, el/la docente pedirá a los niños y las niñas que la comenten para verificar que la han comprendido, al tiempo que establece una comparación entre el dragón y la rabia. Luego, hará la siguiente pregunta en alto: «¿Qué le dirías al dragón para que se sintiese más tranquilo?». La siguiente cuestión que planteará el/la docente, también en alto a toda la clase, será: «¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando se enfada?». Seguramente, los

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