Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

19 ¿Qué es lo primero que hay que hacer cuando volvamos al cole? Con frecuencia lo esencial por sencillo pasa desapercibido. Para mi está muy claro. Sostengo que lo realmente importante de nuestro transitar por la vida son las personas con las que realizamos ese trayecto. Por eso, le insisto a mi alumnado del Grado de Maestro, que en el acto educativo lo esencial son los “sujetos” implicados en ese enseñar y aprender que les convoca en la escuela: nuestros/as alumnos/as y sus maestros/as. Son ellos/as los que hacen viable que ocurra ese maravilloso milagro que se llama APRENDER. Por tanto, el primer quehacer docente debería ser centrarse en lo trascendente del acto educativo. O lo que es lo mismo priorizar los quién , por encima de los qué (currículum) y los cuánto (los resultados de aprendizaje). En realidad, debería ser en todo momento, lo que pasa es que ahora se ha hecho evidente por ser prioritario. Porque... Soy responsable de mi rosa . Somos responsables de nuestras rosas porque las hemos “domesticado”, hemos creado lazos invisibles cargados de emocionalidad que dotan de valor afectivo y moral a la experiencia docente con nuestro alumnado. Así nos lo muestra el Principito cuando clama: En absoluto se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado y no han domesticado a nadie. Así era mi zorro antes, semejante a cien mil otros. Al hacerlo mi amigo, ahora es único en el mundo. Son bellas, pero aún están vacías -agregó. Nadie puede morir por ustedes. Es probable que una persona común crea que mi rosa se les parece. Ella siendo solo una, es, sin duda, más importante que todas ustedes, pues es ella la rosa a quien he regado, a quien he puesto bajo un globo; es la rosa que abrigué con el biombo. Ella es la rosa cuyas orugas maté (excepto unas pocas que se hicieron mariposas). Ella es a quien escuché quejarse, alabarse y aún algunas veces, callarse. Ella es mi rosa... (88) Por tanto, habría que fijar la relevancia en nuestras rosas, pero también en quienes las aprecian con su mirada, en los docentes/jardineros que las cuidan para favorecer su crecimiento. Porque ellas también nos han domesticado. Si tuviera que temporalizar este “especial” estar pendiente de nuestras rosas, diría que habría dedicar al menos las tres primeras semanas para centrarnos en acompañar el tránsito a la “nueva anormalidad” de la escuela, que se podría compaginar con una fase 0 de evaluación inicial de los aprendizajes desarrollados en el curso anterior por el grupo de alumnos/as. Y esta primera y última finalidad ¿qué implica más concretamente? ¿Cuáles serían los objetivos docentes que podrían guiar nuestra actuación en esta vuelta al cole? Pasaremos a explicarlos haciendo referencia a su paralelismo con el Principito, quien será nuestro guía metafórico. Aquí aportaremos una reflexión sobre el sentido de cada uno de ellos y dejaremos para el siguiente apartado su concreción en orientaciones y recursos.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTcz