Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón
202 Damos la indicación de representar dicha situación, con instrucciones en las que enfaticemos el apuro y la prisa (“Corre, corre que llegamos tarde”). Una vez simulada la experiencia, invitaremos al alumnado a compartir cómo nos hemos sentido. Nos preguntaremos si hemos tenido tiempo de pensar cómo nos sentimos, de pensar en lo contentos que estamos por ir al cumpleaños. Reflexionaremos sobre la idea de que, si corremos, si tenemos prisa y hacemos las cosas corriendo, no podemos saber cómo nos sentimos, ni sentirnos bien; asimismo, reflexionaremos sobre cómo nos salen las cosas cuando las hacemos corriendo. Insistiremos también en los riesgos de ir de prisa sin fijarnos en los potenciales percances que podemos sufrir por ello (por ejemplo, corriendo por la calle). Tras esto, indicaremos a los alumnos y las alumnas que, para que la prisa no nos atrape, debemos “hacernos amigos de la pausa”. La enseñanza es “sin prisa y con pausa”, y, para practicarla, realizaremos un breve ejercicio de relajación, poniendo en práctica las siguientes consignas cuando sintamos que la prisa quiere atraparnos: • Respiramos lentamente. Tomamos aire por la nariz despacito, lo retenemos unos segundos y lo soltamos por la boca (repetimos tres veces). • Ahora vamos a cerrar los ojitos, para mirarnos por dentro y ver cómo nos sentimos. • Continuamos con los ojitos cerrados y respiramos otra vez muy despacito (repetimos dos veces). • Muy bien, ahora vamos a abrir los ojitos. ¿Cómo nos sentimos? • Muy bien (escucha atenta), ahora vamos a poner la manita en el corazón para sentir qué bueno es no correr y qué bueno es sentirse tranquilos.
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