Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

204 Se denomina máscara quirúrgica, mascarilla quirúrgica, barbijo, cubrebocas o tapabocas a un tipo de máscara autofiltrante o mascarilla que cubre parcialmente el rostro y es utilizada por personal médico y sanitario para contener bacterias y virus provenientes de la nariz y la boca del portador. Las mascarillas quirúrgicas también las utilizan las personas en general ante brotes o epidemias de enfermedades transmitidas por vía respiratoria, o bien cuando el aire de un determinado lugar está contaminado. Las máscaras quirúrgicas simples protegen al usuario de ser salpicado en la boca con fluidos corporales, así como de salpicar y contagiar a otras personas. También impiden tocarse la nariz y la boca, acción que podría provocar transferencias de virus y bacterias, habiendo tenido contacto con una superficie contaminada y luego contaminar al paciente por contacto. Por tanto, reducen el esparcimiento de partículas portadoras de bacterias o virus generadas al estornudar o toser. 2) Dinámica introductoria Para introducir el ritual que realizaremos cada vez que nos pongamos la mascarilla, el docente explicará que esta se pone delante de nuestra nariz y nuestra boca, cubriéndolas bien para impedir que los virus y bacterias entren por ellas y nos contaminemos. También indicará que sirven como un medio de evitar que contagiemos a otras personas con los virus de los que podemos ser portadores. Por tanto, la idea es que anteponemos un obstáculo, a modo de barrera, en una parte de nuestra cara para que sirva de protección. A partir de esta explicación se le planteará al alumnado el paralelismo analógico que nos ayude entender la función protectora emocional que pueden tener las mascarillas. Simbólicamente, desde el punto de vista emocional ¿qué función podría tener la mascarilla? ¿Qué podemos recibir de los demás que puede llegar a nuestro corazón afectivo que pueda contaminarnos emocionalmente? ¿Qué transmitimos por medio de las palabras que salen de nuestra boca, que puedan contagiar a los demás emociones que hacen daño? La idea es provocar un diálogo con el alumnado para que reflexione sobre qué es lo que puede provocar que experimentemos emociones dañinas como el odio, la venganza, la envidia, la culpabilidad, la vergüenza o la vanidad. Se puede hacer un recorrido por estas emociones para que comprendan el sentido tóxico (o si se quiere corrosivo, utilizando el calificativo del libro de Ignacio Morgado “ Emociones corrosivas ”) que tienen estos sentimientos. Aportamos a continuación un cuadro resumen, elaborado a partir del libro citado, donde definimos cada una de estas emociones:

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTcz