Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

206 que estemos mal con nosotros mismos, tengamos problemas con los demás y seamos infelices. Estos pensamientos tóxicos se trasmiten a través de las palabras que son con las que contagiamos a las demás personas. Como también nos podemos envenenar a nosotros mismos si mantenemos esas ideas. A partir de esta lógica se les propondrá que busquemos pensamientos y sus expresiones que puedan intoxicar emocionalmente, manifestando esos sentimientos dañinos. Para ello les ofrecerá un ejemplo de situaciones donde se expresan estos pensamientos. Ejemplos: • Para el ODIO: “Los inmigrantes le quitan el trabajo a la gente del país”. “Los matrimonios homosexuales no tienen derecho a ser padres” • Para la VENGANZA: “Ojo por ojo y diente por diente”. “Si tú me la haces, yo te la devuelvo”. • Para la ENVIDIA: “¡Qué vestido más bonito llevas! Seguro que lo compraste en las rebajas”. “Mira el juguete que tiene fulanito ¡ojalá que se le rompa!” • Para la CULPABILIDAD: “Soy el culpable de todo lo malo que me ocurre”. “Por mi culpa pasa todo”. • Para la VERGÜENZA: “¡No valgo para nada, soy un desastre!”. “Todos me observan y saben lo poquito que soy”. • Para la VANIDAD: “Admiren lo guapo e inteligente que soy”. “Me merecía mejor nota. Seguro que el profesor me tiene manía.” El docente invitará a cada uno/a a que, partiendo de su experiencia personal, comparta un pensamiento/expresión venenosa que pueda representar alguna de las emociones tóxicas ejemplificadas anteriormente. A continuación, se dividirá la clase en grupos y se le asignará a cada uno de ellos una de esas emociones, de modo que extraigan el mayor número de pensamientos/expresiones venenosas que representen dicha emoción. Cada grupo pondrá en común sus conclusiones y el docente aprovechará en algunas de ellas para proponerles que elaboremos “pensamientos antídotos” que son ideas alternativas a las expresiones venenosas y que las contrarrestan para impedir que nos contaminen. Por ejemplo, ante la idea: “los inmigrantes nos quitan el trabajo a la gente del país”; podríamos plantear la pregunta: ¿en qué estudios te basas para decir eso? ¿Tienes datos objetivos que apoyen esa afirmación? Además, se explicará que hay ambientes donde se propagan más fácilmente estos pensamientos venenosos. Se les planteará que cuando vamos a un lugar cerrado en el que hay muchas personas y en el que no circula el aire, solemos utilizar la expresión “el ambiente está cargado”. De hecho, esos lugares son

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