Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

207 propicios para que se den contagios. Por eso en nuestra aula mantenemos las ventanas abiertas o las abrimos periódicamente, para que se airee la clase y se renueve el aire. Así que, una manera de evitar que nos contaminemos es no quedarnos en ambientes cerrados de mente, cargados de pensamientos tóxicos y abrir nuestras ventanas para que el aire, las corrientes de ideas diversas y frescas renueven nuestra manera de pensar. 3) Ritual emocreativo A partir de la actividad anterior retomaremos el paralelismo del que partimos. Por un lado, hemos visto que nos ponemos la mascarilla delante de nuestra boca y nariz, cubriéndolas para impedir que los virus y bacterias entren por ellas y nos contaminemos, y para evitar que contagiemos a otras personas con los virus de los que podemos ser portadores. Por otro, hemos entendido que podemos recibir de otras personas o transmitir nosotros pensamientos/expresiones, que salen de nuestra boca, y que pueden provocar en los demás emociones dañinas como el odio, la envidia, la culpabilidad, etc. Entonces, podríamos entender que las mascarillas, además de evitar que nos contagiemos con los virus biológicos, pueden servir también para protegernos de que “respiremos” (recibamos) y trasmitamos con nuestra boca, los pensamientos venenosos que representan a los sentimientos tóxicos que contaminan nuestro corazón emocional. A partir de esta explicación se le planteará al alumnado que cada vez que nos coloquemos la mascarilla recitaremos mentalmente o en voz baja la frase: “ Cubro mi nariz y mi boca para protegerme y proteger a las personas que están a mi lado de los pensamientos venenosos que hacen daño al corazón.” Para tomar conciencia del significado de este ritual nos colocaremos la mascarilla lentamente y con los ojos cerrados, a la vez que susurramos la frase. Para practicar el ritual de forma colectiva, antes de colocarnos la mascarilla , podemos realizar una respiración breve, a partir de las siguientes indicaciones: Respiramos lo más profundamente que podamos tres veces, inspiramos por la nariz y soltamos el aire por la nariz……………… Volvemos a respirar, cogemos el aire (contando hasta cuatro) y retenemos -uno y dos-, y poco a poco, expulsamos en cinco. Uno, dos, tres, cuatro y cinco. Nuestra respiración es tranquila, muy tranquila, con cada respiración nuestro cuerpo se relaja más y más, cada vez está más relajado, más descansado. Cogemos aire por la nariz, lo retenemos y expulsamos el aire. Y nos sentimos cada vez más relajados y relajadas, todo es más tranquilo.

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