Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

210 permanecer en el alumnado el simbolismo que se pretende vivenciar con la misma, cada vez que se laven sus manos. 2. La dinámica se realizará, preferiblemente, fuera del aula (mejor al aire libre). Nos colocaremos en un lugar amplio y sentados en círculo, manteniendo la distancia de seguridad. 3. Posteriormente, se les pedirá que pongan sus palmas hacia arriba y observen sus manos, sus huellas, todas las líneas, su tamaño, sus dedos, uno por uno, observándolos, mirando sus uñas, la forma, el color… Comentaremos las diferencias y similitudes entre ellos y ellas. 4. Asimismo, podremos ayudarlos a reflexionar sobre la importancia de nuestras manos y todo lo que las utilizamos a lo largo del día. Nos centraremos en recordar todos los objetos y personas que han podido coger o tocar hasta ese momento. ¿Recordáis todos los objetos que habéis tocado desde casa al cole? Es muy probable que muchos hayáis coincidido y tocado objetos comunes (la puerta del autocar, el pasamanos de la escalera, etc.) Somos una gran cadena, estamos conectados, compartimos mucho tiempo juntos/as y formamos un gran equipo. Ejemplo: yo cojo la tiza, luego se la paso a otro compañero, él la deja en la mesa y otra compañera toca la mesa donde se encontraba la tiza, luego coge el bolígrafo y se lo presta a… Lo que ha sido tocado por uno/a, ahora lo es por todos/as. 5. Será el momento de comenzar la reflexión sobre la importancia de mantener limpias nuestras manos. Podremos indicarles que es muy común que muchos de esos objetos que han tocado lleven tiempo sin ser limpiados y que puedan contener bacterias y virus que, como saben y tanto han escuchado, perjudican nuestra salud (es importante mantener una actitud de calma, sin alarmar al alumnado). Observad vuestras manos, ¿las véis limpias? Puede parecer que sí… pero si miramos con mucha atención, es muy probable que no sea así. Lo mismo ocurre con nosotros/as, a veces no nos encontramos bien y no sabemos por qué, en ocasiones reaccionamos y nos comportamos de una manera poco positiva que termina afectándonos y afectando a quienes nos rodean, como una cadena. ¿Recordáis? Se puede hacer una reflexión como la de este ejemplo: he tenido un mal día y estoy enfadado, veo a mi compañero y le hablo muy mal, mi compañero no lo entiende y se queda muy triste… Por ello, debemos detenernos a pensar y reflexionar sobre nosotros/as mismos/as, respirar antes de actuar, pensar sobre cómo nos sentimos y qué nos gustaría cambiar para querernos más y mejor, para poder mejorar. 6. Les pediremos a los/as niños/as que cierren los ojos y piensen en algún momento que no se hayan sentido bien, en algún aspecto personal que les gustaría cambiar, etc. (Este momento se puede acompañar de una música tranquila y tratar de mantener silencio.)

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