Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

215 Le pediremos al alumnado que se coloque en círculo, de pie y guardando silencio para escuchar, desde el corazón. Ponernos de pie es una posición muy importante. Cuando somos bebés es un gran logro levantarnos de forma erguida y caminar rectos, ¿verdad? Esta posición es como si levantásemos un edificio, desde la planta baja hasta la azotea, desde los pies hasta la cabeza. Cuando nos ponemos de pie expresamos varias cosas. Primero, solidez, estabilidad y presencia de nosotros/s mismo/as, de quiénes somos. Cuando alguien está enfermo o débil decimos que no se puede tener en pie . Y cuando nos queremos hacer presentes, nos ponemos de pie y decimos aquí estoy yo. También expresa valoración de uno/a mismo/a y valentía. Vamos a practicarlo dando un paso adelante y diciendo bien alto: Aquí estoy yo, siendo conscientes de lo que decimos y cómo lo decimos, expresándonos con seguridad y valentía. Lo realizamos uno/a por uno/a. Reflexionemos sobre este gesto que hemos realizado.  Las posiciones incorrectas de estar de pie serían: la de estar echados para delante, la de estar encorvados y la de estar inclinados de lado. ¿Qué expresan cada una de ellas?  La posición adecuada sería: rectos, con toda la planta del pie apoyada en el suelo, equilibrados, piernas abiertas a la altura de los hombros, manteniendo la columna vertebral erguida. La cabeza mirando al frente (ni de forma altiva, ni cabizbaja) pero con suave inclinación hacia adelante para que no sufran las cervicales. Deben mantener su cuerpo relajado, con las manos sueltas a los lados, pero conscientes del mismo. Vamos a ejercitar esta posición. Nos colocamos cómodamente de pie, nos quitamos todo aquello que nos incomode (chaquetas, mochilas…), cerramos los ojos y respiramos tranquilamente (vamos a intentar poco a poco olvidar los ruidos que nos rodean), respiramos... Vamos a poner los pies bien plantados en el suelo (separándolos a la distancia de nuestros hombros) y seamos conscientes del aquí y del ahora, de nosotros/as mismos/as. Simplemente vamos a darnos cuenta de cómo estamos, de cuál es la posición de nuestros pies, de nuestro cuerpo. Observamos cómo cada parte de nuestro cuerpo está participando de nuestro estar de pie: los dedos de los pies, las plantas, los talones, los tobillos, la cintura, la espalda, los brazos, los hombros, el cuello y la cabeza. 1. Empezaremos siendo consciente de nuestra base, cómo nos conectamos al suelo que nos sostiene, cómo nos enraizamos a la tierra. Imaginemos que somos un árbol, y que los pies son nuestras raíces. Si estas son débiles cualquier viento nos derribará, sin embargo, si son fuertes, sanas y profundas, nos sostendrán y seremos un árbol sólido que podrá crecer hacia el cielo. Por eso, debemos mantener limpios nuestros zapatos, dejando de arrastrar, como ya hemos dicho, todo aquello que nos bloquea, “quitando las hojas secas”, lo que nos condiciona de manera negativa…, debemos creer en nosotros/as y querernos tal y como somos. 2. Ahora vamos a centrarnos en nuestro tronco, en concreto en nuestra columna vertebral. Vamos a sentir cómo cada una de las vértebras que la

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