Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

22 aspectos organizativos de la vuelta al cole, sino, mejor, sobre cómo hacer ese tránsito interior de la familia a la escuela. b) Preparar al alumnado Tanto para el alumnado con el que finalizamos el curso pasado, como a los/as que, en algunos casos, recibiremos como nuevos/as en el próximo; entiendo que se debería retomar la comunicación desde el punto en el que se dejó en nuestra última clase presencial. Sí, la última clase presencial, porque ese fue el punto de inflexión en el que el curso de lo cotidiano cambió. Todo dependerá de cómo nos despedimos y en qué punto quedó nuestra relación con ellos/as, pero la tarea ahora consistirá en rescatarlos del momento de desconexión, ayudándoles a visualizar de forma anticipada qué va a ocurrir cuando lleguen al cole el primer día de clase. Propiciar expectativas favorables hacia el reencuentro, en un contexto de acogida protectora y de esperanza sanadora, podrían ser líneas a tener en cuenta en ese restablecer preparatorio del nuevo curso. Por ello, cualquier tipo de comunicación previa, vía carta, correo electrónico, vídeollamada, etc., en la línea de anticipar aspectos organizativos, sí, pero sobre todo, cargados de caricias de emocionalidad vinculante como “os he echado de menos”, “cuántas ganas tengo de veros”, “veréis qué sorpresa os tengo preparada”…, serán gestos de compromiso afectivo con una profunda funcionalidad preparatoria. c) Prepararnos como docentes Pero primero, antes que nada, habrá que empezar por cada uno/a de nosotros/as, poniéndonos a la escucha de nuestro propio corazón emocional para dialogar con los sentimientos que florecerán ante nuestra imagen entrando en nuestra clase: ¿incertidumbre, miedo, frustración, ansiedad, alegría, curiosidad, anhelo, amor...? Sea la que fuere, el primer paso, como siempre insistimos, es asumir que no podemos afrontar aquello que no se conoce, por lo que sería necesario “abrir los ojos” y dirigir nuestra mirada hacia esas emociones. Esta toma de conciencia implica: • Sentirlas corporalmente, es decir, vivenciarlas desde cada una de las manifestaciones corporales que la constituyen, aunque ello implique dolor, en el caso de las emociones desagradables; porque cuando sientes una emoción “áspera” y la conciencias, su malestar se amplifica. • Reconocerlas, asumirlas honestamente como propias, validándolas (dándole valor) y apropiándonos de ellas, con el dolor que conlleva ese reconocimiento (si fueran emociones desagradables), y evitando disociarnos de nuestro mundo emocional.

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