Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

55 9. CUIDARTE PARA CUIDARLOS “ Es necesario proteger a las lámparas: un golpe de viento puede apagarlas... ” (El Principito, 94) Siempre me ha atraído la imagen del docente como una vela prestando su fuego a otras velitas. De hecho, hay un estrecho paralelismo entre “dar la luz” y enseñar, que viene desde la antigua Grecia con la mayéutica socrática. Pero hay que tomar conciencia de que una vela se desgasta, puede hasta quemarse con su propio fuego y, en algunos casos, por inclemencias ambientales, se apaga. No descubro nada si advierto sobre el componente de erosión emocional que comporta el ejercicio de ayudar a aprender. No solo la experiencia personal y cercana así lo dicta, sino que la investigación lo confirma empíricamente. Un desgaste que, en un período de crisis como el que vivimos, se amplifica aún más situando al borde del precipicio de la enfermedad al colectivo docente. Estudios recientes, como el llevado a cabo por mi buen amigo, el profesor José Antonio Younis, han aflorado un conjunto de síntomas como: la angustia por la muerte, la experiencia de sentirse superado, el agobio por el trabajo, la culpabilidad, los cambios de humor, los trastornos físicos (dolor de cabeza, estómago, cervicales, alteración del sueño), que manifiestan que nuestro cuerpo-mente pedía auxilio. A lo que hay que añadir que la atribución mayoritaria de la causa de esa sintomatología era el propio trabajo docente. Quisiera hacer una mención especial a los efectos dañinos de lo que se ha diagnosticado como estrés empático (siento tanto lo que siente mi alumnado, que sufro igual o más que ellos/as). Nuestros estudios indican que el amor hacia al alumnado tiene una parte oscura que predispone al desajuste emocional. Por tanto, no es suficiente con querer al alumnado, hay que saberlo hacer ( amor competente ) para estar protegido con anticuerpos emocionales. Siempre recordaré a una maestra que se sinceraba y me expresaba ante todo su claustro que, de tanto sufrir por su alumnado, había tomado la decisión de no sentir nada por ellos/as. Casos así nos podrían llevar a extraer la conclusión

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