Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón

82 a) LA CAJA DE LA JOYA ESCONDIDA Una propuesta en esta línea sería recibir a nuestro alumnado con una gran caja envuelta en papel de regalo o simplemente atada con un lazo, colocada en un lugar significativo del aula. Si se dispone de tiempo y creatividad para construirlo se podría optar por un cofre del tesoro. Portaría en su exterior, una nota de advertencia que dijese: “No abrir hasta que finalice la acogida”. La idea sería que el/la docente no hiciera referencia a ella hasta que algún alumno/a preguntase qué hace esa caja en la clase. La respuesta a la presencia de tal objeto misterioso podría tener diferentes direcciones a criterio del docente, en función de la edad del alumnado y la orientación que se quiera dar al recurso:  Podríamos hacernos partícipes de su sorpresa, interrogándonos sobre su presencia en el aula, jugando con el alumnado a generar hipótesis sobre lo que hay dentro.  Podríamos trasmitirles que ha sido enviado por un amigo imaginario que quiere regalarnos algo muy especial que nos servirá a toda la clase para desarrollar el curso escolar que comienza.  Podríamos asumir la autoría de ese regalo sorpresa como expresión de nuestro afecto hacia ellos y compartirles que contiene algo muy valioso para vosotros como docentes. En cualquiera de las opciones sería importante insistir en que dentro de la caja se encuentra un objeto de mucho valor, una especie de joya preciosa, pero que no es material, sino emocional, porque lo más importante de nosotros tiene que ver con lo que sentimos. Esta caja contendría un gran corazón, que puede estar realizado en diversos materiales (cartulina, goma espuma, corcho blanco, etc.), y simbolizaría el corazón de la clase, que utilizaríamos en la actividad con la que concluiríamos la sesión de acogida. Este gran corazón se extraería cuando finalicemos dicha dinámica y se explicaría en ese momento su significado. Una vez realizada esta actividad de cierre de la acogida, podría complementarse con otra. Para conectar con el sentido de la dinámica anterior, podrían ampliar el efecto de la sorpresa comunicando al alumnado que todavía queda algo valioso en su interior. Pueden activar su curiosidad mirando ustedes su interior y expresando la maravilla que han visto dentro sin especificar lo que han observado porque es un secreto. Dentro de la caja se colocaría un espejo. Puede estar pegado en su fondo y debe evitarse que se vea una vez se saque el corazón. La idea es que cuando se asomen a ver lo que hay en su interior vean reflejada su imagen en el espejo, de forma que se transmita la metáfora de que la joya preciosa es él/ella mismo/a.

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