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9 Todos los días vemos realizarse cosas que no podían ni imaginarse el día anterior. Gandhi La única razón real que se me ocurre de que pueda suceder algo es que haya alguien que lo desee. William James ¿Qué desearías si tuvieras la posibilidad de hacer realidad tus sueños? Imagínate saliendo de casa y que, al pisar la acera de la calle, tropiezas con algo metálico. Llevas tu mirada hacia el objeto y te das cuenta de que se trata de una especie de lámpara de aceite cubierta de arena, con unas escrituras que parecen árabes. Coges el objeto con tus manos y lo frotas para limpiarlo. De repente de él sale un humo que termina configurándose en un genio (sí, como el de Aladino), y se dirige a ti en los siguientes términos: «Oh, mi amo, pídeme un deseo y te lo concederé; así podré liberarme de las cadenas que me esclavizan». Ya sé, alguno estará pensando: «¿Pero no eran tres?». No seas avaricioso. El reto está en decidir con valentía, de entre todos nuestros deseos, ilusiones y anhelos, aquel que consideramos más importante. ¿Serías capaz de elegir uno? Difícil tarea, pero como estoy seguro de tu condición de soñador, vamos a dar por hecho que ya has elegido tu sueño. Pues ahora el genio te plantea tres condiciones para concederlo. Primero, te solicita que le precises, al más mínimo detalle, cuál es tu deseo. Por lo que debes concretar todas las características, condiciones y peculiaridades que lo describirían. Cumplida la primera condición, pasa a plantear la segunda. En este caso impone el requerimiento de que aportes garantías de que una vez concedido, y como consecuencia de ello, vas a ser feliz. Argumenta que su magia es tan preciada que debe emplearse con la garantía absoluta de que va a conseguir el efecto que pretende. Por tanto, te solicita que, con el mismo nivel INTRODUCCIÓN

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