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16 Se siente como una pantalla plana de las antiguas en un mundo de hologramas. El ordenador emite un zumbido y el hilo con Borry y Tom se abre ante su cara. Una foto de Tom y sus cuatro gatos, todos tumbados en su cama, la hace sonreír. Tom está obsesionado con sus gatos y ese puede que sea el atributo más encantador que tiene. Ellos, como grupo de amigos, se consideran una suerte de marginados. Aunque las políticas sociales en los institutos han avanzado mucho en los últimos años y no hay nadie a quien se le permita quedarse atrás, ellos nunca han querido hacer lo que todos desean tanto. No quieren ir a las tiendas de realidad virtual a pasar la tarde de los viernes, y son los únicos «raritos» que aún siguen buscando por las librerías vintage los libros en papel. Quedan relativamente pocos ejemplares en el mundo desde que el boom del libro electrónico pasó de ser un boom a un «catapum» e hizo desaparecer el papel. De vez en cuando se vende la versión impresa de alguna obra clásica para los nostálgicos, pero nadie dispone de espacio en su casa o en su vida para un libro que solo tiene una historia.

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