22 varias sonrisas, seguidas de algunas risitas, al ver las caras de la gente cuando se encuentran a aquel personaje, al que muchos aún no conocen. Le encantaría tener la valentía de hacer ese tipo de cosas. No exactamente el molestar a las personas ni tirarles el edulcorante, pero sí poder contar con ese desparpajo que tiene la gente de internet de hacer lo que se les ocurre cuando les da la gana. Su vida le parece muy monótona algunas veces. A la izquierda, en el panel de sugerencias, hay un vídeo de Emi-dee. Es de su última actuación, la que estaban viendo sus padres hace un rato. Sus ojos vagan lentamente entre el vídeo que está reproduciéndose y aquella sugerencia, que la llama como si se tratara de una tableta de chocolate que no debería comerse. Al final, y maldiciéndose a sí misma, desliza el dedo por su muslo hasta que el cursor se para encima de la miniatura del vídeo, y lo selecciona. Otro anuncio. Camilla farfulla y casi le dan ganas de cerrar el navegador, pero lo que ve se lo impide. «¿Te quieres?», reza el anuncio, con fondo negro y letras blancas. Camilla siente como si se paralizara por completo.
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