© 2023, Sanoma Infantil y Juvenil, S. L. Loqueleo es una marca registrada directa o indirectamente por Grupo Santillana Educación Global, S. L. U., licenciada a Sanoma Infantil y Juvenil, S. L. Las durmientes · Propuesta de actividades 8 Alguna vez ha llegado a preguntarse cómo no se rompió. Qué fue lo que lo protegió de ahogarse en medio de todo lo que no comprendía. En ese odio que no tenía sentido y que, aun así, era tan real como las risas, como los golpes que fingían ser amistosos, como cada uno de los «venga, no te mosquees, que es broma» que sufrió (págs. 259-260). Pero, al volver al pueblo, todos sus fantasmas reviven y Gael se ve obligado a plantarles cara e intentar superarlos realmente, sin huir. De qué serviría fingir que no ha adivinado los verdaderos motivos que lo atan a un pueblo del que ya no piensa huir por segunda vez (pág. 171). —Creo que por fin me he dado cuenta de que no viéndonos no resuelvo nada. Antes creía que sí. Pero antes no sabía lo mucho que os echo de menos (pág. 316). Retomamos el tema del acoso para debatir con nuestros estudiantes e intentamos profundizar en la personalidad y la historia particular del protagonista. El acoso es un problema que aqueja a muchos niños y adolescentes, y que puede estar sucediendo en nuestras clases. Las víctimas no suelen hablar por miedo o por temor a quedar en ridículo. Podemos aprovechar la experiencia del protagonista para hablarlo tanto en clase como en privado si detectamos situaciones de este tipo. La ética periodística A lo largo de la novela, Gael se cuestiona (y es cuestionado) acerca de los límites del periodismo: ¿cuáles son esos límites? ¿Hasta dónde llegar para conseguir una primicia? ¿Vale decir cualquier cosa, aunque sea cierta? ¿No hablar de las fakenews? ¿Se puede hacer periodismo de investigación si se tienen demasiados pruritos éticos? Ricardo, el jefe de Gael, le pide «sangre» en sus artículos. Belén, su compañera, siente al principio celos profesionales, luego le cuesta guardar una primicia y, finalmente, termina pudiendo empatizar con Gael y también con las víctimas. Al llegar por primera vez al portal de Chloe, Gael se asquea al ver la actitud de ave de rapiña de sus colegas. Y, con el público, ¿qué sucede? Si nadie consumiera este tipo de periodismo, nadie lo ejercería. Le asquea esa insinuación y asume que el caso sigue despertando el morbo suficiente como para que la prensa no deje de ocupar minutos desgranando sus detalles. Mientras haya sangre, mientras haya sexo, mientras haya violencia, las durmientes contarán con un espacio fijo en periódicos, radios, podcasts y televisiones (pág. 228). Debatimos sobre este asunto a fin de comprender un poco más al protagonista, pero también para cuestionarnos nuestras actitudes como consumidores.
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