17 Arantxa —¿Está todo bien? —preguntó Arantxa entregando el iPad a la chica. Ella cogió el dispositivo y repasó sus datos personales junto con el chico guaperas. Mientras tanto, una voz femenina anunciaba por megafonía las últimas rebajas del centro comercial. Arantxa resopló, había escuchado veinte mil veces la misma grabación. Quería largarse de allí y perder de vista el supermercado donde se había pasado ocho horas encarcelada, pero esa parejita la había interceptado en la salida, tras la línea de cajas, y la había engatusado con la historia del sorteo. —Sí, está todo bien —concluyó la chica con una sonrisa—. Muchas gracias. —Sobre todo, no quiero que me enviéis spam, ¡eh! Estoy harta de decíroslo y cada día me encuentro con un montón de basura en la bandeja de entrada. —Bueno, de nosotros seguro que no será —intervino el guaperas. —Bueno, hablo en general, ya me entiendes.
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