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Recursos literarios Los recursos literarios forman parte de los mecanismos creativos que ofrece la lengua para aumentar la eficacia de nuestros intercambios lingüísticos. Conocer, por lo tanto, los recursos literarios resulta de gran ayuda para comprender el contenido de los textos y disfrutar de su valor estético en cuanto obras de arte, pero también para hacer que los textos sean más interesantes, eficaces y persuasivos. Hay que tener en cuenta que di - chos recursos no son exclusivos del lenguaje literario, sino que también forman parte del habla cotidiana y pueden emplearse cuando hablamos para realzar la expresividad de lo que decimos, subrayar una emoción o expresar de modo más claro lo que queremos comunicar. Aunque no siempre seamos conscientes de ello, cada día utilizamos metáforas («Estoy hecho polvo»), hipérboles («Adiós a todo el mundo»), personificaciones («Ese sofá me está llamando a gritos»), aliteraciones («Hola, hola, pajarito sin cola») y muchos otros procedimientos con los que aumentamos la efectividad de los intercambios lingüísticos. Entre los recursos literarios se suelen distinguir dos formas bási - cas fundamentales: Tropos: se basan en la ruptura de la correlación habitual entre significado y significante; es decir, constituyen traslaciones semánt icas, de modo que se sust i tuye una expresión por otra cuyo sentido es figurado y distinto del que propiamente tiene, pero con el que guarda alguna conexión, correspondencia o semejanza. Por ejemplo, al significado ‘pelo’ le corresponden los significantes vello, pelo, cabello; pero si expresamos ese mismo significado mediante un tropo como la metáfora, podremos designarlo con la palabra oro. Figuras: en ellas las palabras conservan el significado habitual en la lengua común, pero gracias a alguna particularidad fonét ica, gramat ical o semánt ica adquieren mayor expresividad. Por ejemplo, la repetición de carácter fónico de la consonante s evoca el significado de las palabras en el siguiente lema publicitario que utiliza la aliteración como figura retórica: «Solares, solo sabe a agua». Las f i guras pueden d i v i d i r se en f i guras de d i cc i ón ( que se apoyan en el significante o forma de las palabras) y figuras de pensamiento (que se relacionan con el significado de las palabras). La diferencia entre estos dos tipos de figuras se observa a l t raduc i r de un idioma a ot ro: l as f i guras de di cc ión no pueden verterse de una lengua a otra, pero las figuras de pensamiento s í se mant ienen en el texto t raducido. A pesar de esta diferencia, todos los recursos inciden a la vez en la forma y el contenido de los textos, de modo que una modificación en la manera de presentar las ideas conlleva una transformación en el estilo y viceversa. 1 TROPOS Antonomasia Consiste en sustituir un nombre común por el nombre propio del individuo que se considera el representante ejemplar de una determinada cualidad. También se puede sustituir un nombre prop i o por e l rasgo que def i ne a l persona j e. Por e j emp l o, Pedro Antonio de Alarcón describe al tío Lucas en El sombrero de tres picos como «un Francisco de Quevedo en bruto». Alegoría Es un procedimiento simból ico en el que el discurso t iene un sentido recto y otro figurado, que se logra mediante una metáfora continuada o un encadenamiento de metáforas, con el fin de dar a entender una cosa expresando otra diferente. No es muy frecuente emplear alegor ías en el habla porque es di f íci l enlazar de forma consistente un conjunto de metáforas. Además, es un procedimiento que se asocia con una intención didáctica, como en Los milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo, donde el poeta presenta un espacio natural que simboliza a la Vi rgen Mar í a , sus mi l agros y sus f i e l es ; o en e l L i bro de buen amor, donde el arcipreste cuenta la l legada de la Cuaresma y c ómo u n e j é r c i t o d e p u e r r o s, c e b o l l a s y a t u n e s s e e n f r e n t a y vence al ejército de don Carnal (el Carnaval), que está formado por jabal íes, ciervos y l iebres… También se pueden encontrar alegorías en la literatura moderna en obras de Franz Kafka, Miguel de Unamuno o Antonio Buero Vallejo. En La metamorfosis, de Kafka, la desorientación e insignificancia que siente el hombre ante la sociedad lo transforma en un insecto. Hipérbole Es una exageración en la que se toma como punto de partida un concepto real que se magnifica o minimiza mediante su sustitución por otra idea semejante que, en realidad, no es equivalente en términos cuantitativos. Las hipérboles tienen fines expresivos y forman parte importante de las expresiones hechas del castel lano: «ablandar a las piedras», «estar hecho un toro»…, y se utilizan en la lengua hablada con intención ponderativa, elogiosa, insultante o cómica: «¡Menuda mansión!». Érase un hombre a una nariz pegado. Francisco de Quevedo Ironía Consiste en dar a entender algo diferente de lo que se dice. Cuando posee un carácter amargo, mordaz o insultante, se denomina sarcasmo. En el habla cotidiana, donde el contexto deja claro qué no se debe entender l iteralmente, es muy frecuente mostrar ironía para expresar de modo indirecto una opinión negativa o el rechazo de algo. Así ocurre, por ejemplo, cuando se responde «Muchas gracias» ante la negativa de alguien a colaborar con algo. En Doña Perfecta, de Benito Pérez Galdós, el ingeniero José Rey despierta la ira del párroco, don Inocencio, cuando critica el estado de pobreza y atraso de la ciudad, a lo que este responde con una v i o l enta d i at r i ba cont ra l os que v i enen de fuera y se permi ten opinar sobre lo que no saben, para conclui r i rónicamente: Nada , amigo mío; nada , señor don José: está usted autori zado para todo, incluso para decirnos que somos poco menos que cafres. Benito Pérez Galdós 360

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