ES0000000197809 357297_Pandora Wilson y otro mitos urbanos_1

Daniel Hernández Chambers 26 La siguió al sótano, cerrado con llave. Hacía años que ella no bajaba allí, así que le sorprendió ver lo ordenado y limpio que estaba todo, casi como un segundo cuarto de estar. Sin decir una palabra, su madre empujó una cómoda y dejó a la vista una pequeña puerta en la pared, una trampilla protegida mediante un grueso cerrojo. Lo abrió y deslizó a un lado la puertecilla. Dentro había un segundo cerrojo, este de combinación de cuatro dígitos. ¿Una caja fuerte, mamá? Llámalo como quieras. Detrás del segundo cerrojo había un hueco rectangular, y en él lo que parecía una maleta de madera, antigua, con un asa para facilitar su transporte. ¿Qué guardas ahí dentro? Lo que hay dentro no es mío. ¿De papá? Tampoco. Fueron otros los que lo pusieron en esta caja, yo solo la guardo. Lo que importa, lo que a ti te afecta, es que nuestra obligación es custodiar esta maleta y no abrirla. Tu abuela estuvo a cargo de ella antes de pasármela a mí, y antes que ella lo hizo su madre. Las mujeres de nuestra familia siempre la han guardado. Sin abrirla. Desde que hay memoria, desde el principio de todo.

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