ES0000000197809 357297_Pandora Wilson y otro mitos urbanos_1

Pandora Wilson 31 caoba que subían a una segunda planta. La habitación que habían preparado para ella era más grande que la suite que ocupara unas horas antes en el Sheraton, pero habría preferido el anonimato de un hotel cualquiera. Xiang solo sonreía. Pandora dejó los maletines pegados a la cama y la mochila encima. En su escaso chino mandarín informó a la criada de que podía retirarse y que ella iba a asearse. Xiang siguió sonriendo. El agua del grifo apenas tardó en calentarse. Se restregó la cara y se frotó la nuca para deshacer la tensión. Para intentarlo, al menos. La tensión siempre se le acumulaba allí, en las cervicales y también detrás de los ojos. La firma de Wong era importante para su empresa. Quizá una de las más deseadas por sus superiores. La habrían disculpado si volvía sin los acuerdos de Bangalore o Bangkok, pero no sin la rúbrica de Wong. En principio estaba todo bien encaminado, pero aquel anciano era caprichoso. No pensaba hacerle esperar, el mínimo detalle sería tenido en cuenta. Tres minutos en el aseo, ni un segundo más. Se cambiaría de ropa y se reuniría con su anfitrión.

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