© 2024, Sanoma Infantil y Juvenil, S. L., Loqueleo es una marca registrada directa o indirectamente por Grupo Santillana Educación Global, S. L. U., licenciada a Sanoma Infantil y Juvenil, S. L. Pandora Wilson y otros mitos urbanos · Propuesta de actividades 7 Nomofobia y narcisismo · Actividad 3 Quizá «Eco y Narciso» es el relato que puede resultarles más cercano a nuestros estudiantes por la relación que muchos de ellos tienen con sus móviles y con las redes sociales. Observamos que los dos personajes tienden al aislamiento, que ambos están solos, carentes de vínculos sociales. Eco tiene una clara adicción al móvil; Narciso vive en su mundo, sus libros, ajeno al resto. Este es un terreno propicio para el desarrollo de conductas nocivas como las que terminan asumiendo los dos personajes. Eco no puede mirarse a sí misma, mostrarse. Necesita enseñar la imagen de Narciso, entrometerse en su intimidad y replicarlo. Por su parte, Narciso acaba enamorándose de su propia imagen, de las fotos que la chica le saca y sube. Todo lo que al principio podía ver y disfrutar del mundo que lo rodeaba va poco a poco quedando olvidado tras su imagen. En la ficha intentamos poner en evidencia la relación entre estos mitos y la situación de los personajes actuales. Metáforas En «Fuego» proponemos trabajar sobre dos metáforas que no son solo literarias, sino que están tomadas de la vida real, para que nuestros estudiantes observen como los recursos del lenguaje figurado se encuentran también en el lenguaje cotidiano y en nuestra forma de contarnos lo que sucede. Una de las metáforas a la que nos referimos es, por supuesto, la del incendio como un laberinto. No ver, no encontrar la salida. En este caso, además, se presenta en el relato una situación que recuerda una expresión del saber popular. Se dice que de los laberintos se sale por arriba; sin embargo, en este caso, Teseo logra escapar por túneles subterráneos. La segunda metáfora tiene que ver con el nombre con el que los bomberos llaman a esta clase de incendios: el Toro. Los bomberos de campo tenemos un nombre para esa clase de incendios, el Toro. Parece que todo está tranquilo y, de pronto, embiste con una fuerza desproporcionada. […] Es un animal desatado. Aquella bestia fue lo que nos encontramos aquel primer día (pág. 194). Hablamos sobre ambas metáforas. Si se desea profundizar en el tema de los recursos expresivos, se puede proponer a los alumnos y alumnas que busquen en el relato ejemplos de diferentes usos literarios del lenguaje.
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