1814875

15 —¡Oh, oh! —Mi madre paró de hablar para mirarme, preocupada—. ¿A qué viene esa mala cara? —Este olor… —gruñí, aunque no se trataba solo de eso, y mi padre se giró hacia mí con la rapidez de una serpiente que ve un ratoncito. —¿Te han dado por fin la nota de Naturales? Lo mejor hubiera sido responder rápido. La lentitud solo hizo que mis padres me mirasen con los ojos cada vez más entrecerrados. —¿Y bien? —insistió mi padre. Con un suspiro abrí la mochila. Con otro suspiro, uno aún más profundo, les tendí la agenda. Me esforcé en poner mi mejor cara de pena y mis ojos más brillantes, aunque ya intuía que la batalla estaba perdida. —¡¿Un tres?! —exclamó mi madre, incrédula. —Un tres con catorce —corregí entre dientes—. Las décimas cuentan. —No cuentan lo bastante para conseguir un aprobado. —Mi padre se cruzó de brazos—. ¡Te dije que no le dedicabas tiempo suficiente! —No es eso —me defendí—. ¡Es que me cuesta entenderlo!

RkJQdWJsaXNoZXIy