Días después, durante la clase, sucedió algo sorprendente. ¡El suelo se llenó de cucarachas! Nos pusimos a gritar y muchos de nosotros nos subimos a las mesas. Solo Jorge y la profesora se mantuvieron tranquilos. Entre los dos fueron recogiendo las cucarachas y las guardaron en una caja. ¡Y lo hicieron con las manos! La profesora explicó que después las soltaría en el parque. Al poco rato, vinieron dos operarios de mantenimiento. Explicaron que, al vaciar un almacén, los insectos habían salido en masa. –Tendríamos que haberlo hecho a última hora de la tarde –se disculparon los dos hombres. Al final de la clase, le preguntamos a Jorge: –¿Cómo es posible que tengas miedo de los secadores y no de las cucarachas? Y él explicó en voz baja: –Cuando era pequeño, mi padre me estaba secando el pelo... El secador se quemó y empezó a echar llamas. Me quemé la frente y me di un susto muy grande. Nos miramos entre nosotros. Claro que eso da miedo. Luego, Jorge continuó con seguridad: –Las cucarachas no me dan miedo, ningún animal me da miedo. Las cucarachas son insectos muy limpios y no transmiten enfermedades. Tampoco deberían asustaros a vosotros. ¡Ahora tú! Imagina que a una persona que conoces le dan miedo los paraguas. Inventa una historia que explique ese temor. ¿Cómo se sint ieron? Jorge cuando explicó lo que le daba miedo. La pandilla de Jorge cuando supieron lo que le asustaba. La pandilla de Jorge cuando él recogió las cucarachas. 9
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