75 Casi dos semanas llevas haciendo todas estas tareas a diario cuando, una tarde, durante un paseo con tus primos y su perra Lula por el bosque cercano, todo cambia. –Deberíamos irnos a casa –propone Alejandro–, se está haciendo tarde. De pronto el cielo, que está de un color violeta oscuro, casi negro, se ilumina y un rayo de luz cae cerca de vosotros produciendo un gran estruendo. –¿Qué ha pasado? –pregunta Daniela temblando de miedo. –¡Algo ha caído desde muy arriba, mirad! –les gritas a tus primos mientras señalas una columna de humo a escasos metros de vosotros. La perrita Lula sale corriendo hacia esa dirección ladrando sin parar. Los tres la seguís sin pensarlo. Cuando los ladridos cesan, veis que Lula ha quedado atrapada en una especie de caja metálica humeante que hay en el fondo de un pequeño cráter. Daniela chilla y llora al ver a su perra encerrada. Te acercas y ves que, en la parte superior de la caja, hay una serie de botones y algunos huecos libres. Al fijarte bien, compruebas que, seguramente, encajarán en ellos varios botones de diversas formas que se han caído y se encuentran tirados por el suelo a su alrededor. –Si colocamos los botones que faltan, ¿se abrirá la caja? –pregunta Alejandro con un hilo de voz. No os queda más remedio que probar, tenéis que sacar a Lula de allí sea como sea. –¡Mirad! –gritas de pronto–. Es como un sudoku de símbolos y colores. Daniela, que ya está más tranquila, razona: –Entonces, habrá que colocar las piezas que están en el suelo de modo que no se repitan formas en la misma fila y la misma columna. De inmediato, os ponéis manos a la obra. ¡Ahora tú! ¿Puedes completar el código para liberar a Lula?
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