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15 Por fortuna, la tarde que nos ocupa no hubo despistes. Todos los fantasmas estaban muy atentos pues se esperaba visita. Alguien vivo que llegaría desde Italia. —Ha sido por culpa de lord y lady Lawson —masculló Marguerite, la cocinera espectral—. Le han prestado la casa mientras ellos se encuentran fuera. Marguerite siempre estaba al tanto de los chismes. Cada vez que una carta llegaba, se colocaba encima del hombro de quien fuera el destinatario. La leía muy rápido y siempre se acordaba de todos los detalles. —Debe de ser una broma —protestó Peter, el fantasma de la biblioteca—. Con lo a gusto que estamos ahora. Pronto el misterio se desveló. A última hora de la tarde, alguien llamó al timbre. Y, cuando la madre de James abrió la puerta, descubrió a un joven con una maleta tan empapada como su chubasquero.

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