17 Su padre le avisó por tercera vez de que le esperaban para desayunar. Sus hermanas no le habían dejado cereales y Cándida no callaba. —Le he contado a Natalia Según la aventura de la ola y ha flipado. Mañana le contaré la del cine, la del sueco con insolación y la del bocata de salchichas. Gustavo se atragantó con la leche. —¿Qué aventura de la ola? —Burro, aquella tan buena, ¿no te acuerdas? Una ola gigante que me arrastró centenares de metros y perdí el biquini y no podía salir del agua, y mamá me vino a buscar con la toalla, y estaba lleno de alemanes que me miraban, y había uno con el bañador de Spiderman y una peca en la oreja que nadó kilómetros hasta que rescató el biquini y me lo trajo, y me preguntó cómo me llamaba, y me... —¡Y yo estuve a punto de morirme por culpa de aquella gamba! Fue muy emocionante, me puse lila, y papá me tenía boca abajo y sacaba el pañuelo por la ventanilla del coche, y mamá conducía a toda pastilla, y Miguelín lloraba. Alicia parecía eufórica, Cándida estaba radiante y el pobre Gustavo se sentía muy desgraciado.
RkJQdWJsaXNoZXIy