Cuando las sardinas pidieron vacaciones Hace muchos años, se armó un lío bárbaro en el fondo del mar. Todo comenzó cuando las sardinas, de puro aburridas que estaban , bostezaron tres veces y dijeron que querían vacaciones. Muchos otros animales pusieron el grito en el cielo (o, mejor dicho, en el agua). –DE NINGUNA MANERA –prot estó el odioso tiburón , que siempre está de mal humor–. ¡Qué vacaciones ni ocho cuartos! Y ahí empezaron los problemas. Porque las sardinas eran muchas (casi dos millones seiscientas cuarenta y dos mil setecientas catorce). Y estaban hartas del tiburón, que mandaba a todo el mundo. Por eso le contestaron con su voz chiquita y mojada : –No pedimos vacaciones solo para nosotras, sino para todos. Y c l aro , mucho s ap oyaron a l a s sardi na s , p orqu e qui en má s qui en meno s quería descansar un poquito de su trabajo acuático. A las ballenas, por ejemplo, les gustó la idea de tener unos días libres. Y también a las medusas, que desde hací a ti empo andaban con ganas de hacerse un v i ajecito en t émpano al Po lo Norte. Por no hablar del pulpo, que quería aprender a tocar la batería . O de las estrellas de mar, que soñaban con conocer a sus primas del cielo. –Las sardinas tienen razón –decían unos. –Queremos vacaciones –decían otros. Y que sí y que no, ya iban a pelearse cuando una tor tuga sabia que cumplía ciento noventa y tres años y medio les propuso que votaran para que decidiera la mayoría . Y así se formaron dos grupos: todos los que estaban a favor de tener vacaciones, liderados por las sardinas, y los que se oponían, con el tiburón a la cabeza. T E X T O N A R R A T I V O Escucha el cuento. ¿Qué sonidos te hacen pensar que la historia se desarrolla en el mar? pusieron el grito en el cielo: se quejaron de algo en voz alta y con fuerza. témpano: bloque de hielo. 8
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