6. La literatura bíblica La palabra biblia es el plural del sustantivo biblion, «libro» en griego. Se trata , por lo tanto, de un conjunto de libros de géneros muy variados. La división básica de la Biblia distingue entre el Antiguo Testamento, que recoge toda la tradición religiosa del pueblo hebreo hasta el nacimiento de Jesús, y el Nuevo Testamento, que narra la vida de Jesús y la predicación de sus apóstoles y di scípulos. Para los judíos, los libros sagrados son solo los del Antiguo Testamento, ya que no aceptan la divinidad de Jesucristo. 6.1. El Antiguo Testamento El objetivo del Antiguo Testamento es mostrar cómo el destino del pueblo hebreo depende de su conducta con respecto a Dios y de la obser vancia de la ley. Tradicionalmente los libros del Antiguo Testamento se han agrupado en cuatro categorías temáticas: El Pentateuco recoge la historia primitiva de Israel remontándose al origen del universo. Reúne cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Los libros históricos se inician con la conquista de la tierra prometida . Algunos de los más importantes son los libros de los Jueces, de Samuel y de los Reyes, que contienen una reivindicación del gobierno de los justos. Los libros sapienciales, cuyo propósito pedagógico se plasma tanto mediant e consejos prácticos para la vida diaria como a través de hondas meditaciones sobre la existencia humana . Destacan los Salmos, el Libro de Job, el Eclesiastés y el Cantar de los Cantares. Los libros proféticos, que son el grupo más extenso. El mensaje de los profetas (Isaías, Jeremías y Ezequiel , entre otros) contiene reprimendas y amenazas hacia los infieles, pero también expresa la esperanza en la llegada de una época de gloria para el pueblo de Israel . Las Lamentaciones de Jeremías evocan con crudeza la devastación de Jerusalén y el exilio de los israelitas bajo el dominio del babilonio Nabucodonosor. La narración es el subgénero mayoritario y rev i st e formas muy variadas: relatos míticos, en su mayoría con elementos simbólicos, como el Génesis; narraciones historiográficas, como los libros de los Jueces y de los Reyes; textos prescriptivos, que reproducen leyes hebreas, y textos didácticos, como las sentencias de los libros sapi enci al es . Los li bros bí bli cos escritos en verso son los Salmos , el Cantar de los Cantares, las Lamentaciones, el Libro de Job, los Proverbios y el Eclesiastés. En ellos el paralelismo es el recurso rítmico principal . Lenguas de la Biblia La Biblia está originalmente escrita en tres lenguas: En arameo, lengua literaria de Oriente en la Antigüedad, se escribieron fragmentos de los Libros de Daniel, Tobías, Esdras y Jeremías, del Antiguo Testamento. En hebreo, la lengua propia de la oración, se escribió el resto del Antiguo Testamento. En griego, lengua de la cultura mediterránea desde Alejandro Magno, fue escrito el Nuevo Testamento. Y EN ESPAÑA… El Antiguo Testamento en la literatura española En nuestra literatura encontramos numerosos ejemplos de la influencia del Antiguo Testamento: En el siglo xv, Jorge Manrique hace desprecio de lo mundano en sus Coplas, como Salomón en el Eclesiastés. En el xvi, fray Luis de León tradujo el Cantar de los Cantares. Otra obra suya, La perfecta casada, se inspira en los Proverbios. San Juan de la Cruz adaptó el Cantar en su Cántico espiritual. En el siglo xvii, Quevedo tradujo el Libro de Jeremías y los dramaturgos barrocos se inspiraron en asuntos bíblicos, como es el caso de Los cabellos de Absalón, de Calderón de la Barca. Ya en el xx, la referencia al episodio entre Caín y Abel está presente en el poema de Antonio Machado «La tierra de Alvargonzález». Identifica los personajes principales y los secundarios de esta narración. Determina la tipología de este texto (narrativo, descriptivo, expositivo, prescriptivo…) y relaciona su naturaleza con la obra a la que pertenece. COMENZAMOS LEYENDO… [ Jesús] se encaminó después a una ciudad llamada Naín , y l e acompañaban sus di scípulos y mucha gente. Al llegar a la puerta de la ciudad , vieron que l levaban a enterrar a un muer to, hijo único de su madre, que era viuda, y mucha gente de la ciudad la acompañaba . El Señor, al verla , tuvo compasión de ella y le dijo: «¡No llores!». Luego se acercó, tocó el féretro; se pararon los que lo llevaban , y dijo: «¡ Joven , a ti hablo: levántate!». El muerto se incorporó y se puso a hablar y Jesús se lo entregó a su madre. Lucas, 7, 11-15 (Nuevo Testamento). 16
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