3.2. Rasgos particulares del Naturalismo Se suele considerar que el Naturali smo es una evolución del Reali smo, con el que comparte la mayoría de rasgos y al que añade otros peculiares: El interés por la dimensión fisiológica y biológica de los personajes: los protagonistas de las novelas se definen no solo por la inf luencia del medio social , sino también por las condiciones físicas del entorno, por su propia fisonomía y por su herencia genética . El análisis de las condiciones de vida de las clases más desfavorecidas, como el proletariado y los grupos marginales (mendigos, delincuentes, prostitutas…), cuya situación se describe con crudeza , sin ahorrar los detalles más sórdidos. La suma de ambos aspectos endurece el determinismo que ya apuntaba en la novela realista . El Naturalismo fue iniciado por Émile Zola (1840-1902), también su máximo representante, y l legó a España gracias, fundamentalmente, a la labor de Emi lia Pardo Bazán , a la que más tarde seguirían otros autores, entre los que destaca Vicent e Blasco Ibáñez. Este texto permite apreciar algunos de sus rasgos: En la cocina Engolfose el capellán en las tenebrosas profundidades de corredor y bodega , y llegó velozmente a la cocina . En el umbral se quedó paralizado de asombro ante lo que iluminaba la luz fuliginosa1 del candilón2. Sabel , tendida en el suelo, aul laba desesperadament e; don Pedro, loco de furor, la brumaba3 a culatazos; en una esquina , Perucho, con los puños metidos en los ojos, sollozaba . Sin reparar en lo que hacía , arrojose Julián hacia el grupo, llamando al marqués con grandes voces. –¡Señor don Pedro…, señor don Pedro! Volviose el señor de los Pazos, y se quedó inmóvil , con la escopeta empuñada por el cañón , jadeante, lívido de ira , los labios y las manos agitadas por temblor horrible; y en vez de disculpar su frenesí o de acudir a la víctima , balbució roncamente: –¡Perra…, perra… condenada…, a ver si nos das pronto de cenar, o te deshago! ¡A levantarse…, o te levanto con la escopeta! Sabel se incorporaba ayudada por el capellán , gimiendo y exhal ando entrecor tados ayes. Tení a aún el traje de fiesta , con el cual la viera Julián danzar pocas horas ant e s junto al cr ucero y en el atr io; p ero el mant elo4 de rico paño se encontraba manchado de tierra ; el dengue5 de grana se le caía de los hombros, y uno de sus largos zarcillos de filigrana de plata , abollado por un culatazo, se l e habí a cl avado en l a carne de l a nuca , por donde escurrían algunas gotas de sangre. Cinco verdugones6 rojos en la meji l la de Sabel contaban bien a las claras cómo había sido derribada la intrépida bailadora . –¡La cena he dicho! –repitió brutalmente don Pedro. Sin contestar, pero no sin gemir, dirigiose la muchacha hacia el rincón donde hipaba el niño y le tomó en brazos, apretándole mucho. El angelote seguía l lorando a moco y baba . Emilia Pardo Bazán, Los pazos de Ulloa 1 fuliginosa : oscurecida , tiznada . 2 candilón : candil (vela) grande. 3 brumaba : magullaba . 4 mantelo: mantilla para cubrir la cabeza . 5 dengue: adorno que va sobre la blusa . 6 verdugones: ronchas provocadas por un golpe. La absenta, de Edgar Degas. La predilección por ambientes y personajes enfermizos, propia del Naturalismo, llegó a ciertas corrientes de la pintura coetánea. 2 Fíjate en el fragmento que acabas de leer y responde. ¿Cómo es el narrador? ¿Qué punto de vista adopta? ¿Qué se narra en el texto? ¿Qué tema social se aborda? ¿Se puede decir que la autora es moralista o tiene una actitud crítica y objetiva? Razona tu respuesta. ¿Cómo es el lenguaje que emplea don Pedro? ¿Es ese lenguaje coherente con sus acciones? Indica por qué lo crees así. Explica qué rasgos hacen que este fragmento deba considerarse característico de la corriente naturalista. Pon ejemplos extraídos del texto. A C T I V I D A D E S 158
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