L E C T U R A 10 11 Resume brevemente el texto. 12 Fíjate en el contenido del fragmento y responde. ¿Qué técnica planea seguir el Magistral para conseguir la confesión de Ana? ¿Qué emociones despiertan las palabras de Ana en Fermín de Pas? ¿En qué frase condena el autor esas emociones? 13 Comenta cómo es el narrador de este fragmento y describe su punto de vista. ¿Se puede afirmar que se trata de un narrador propio de la novela realista? Justifica tu respuesta. 14 Busca algún ejemplo de empleo del estilo indirecto libre y explica, a partir de la cita que elijas, en qué consiste este procedimiento. INVESTIGA Y AMPLÍA 15 Documéntate sobre el desenlace de La Regenta, Madame Bovary y Anna Karenina. Resume brevemente los tres finales y compáralos. ¿En qué se parecen y en qué se diferencian? ¿Cuál de los tres te parece más cruel o doloroso? ¿Por qué? CREACIÓN LITERARIA 16 Imagina cómo pudo ser el diálogo entre Fermín de Pas y Ana Ozores durante la confesión. Toma como punto de partida la información que se nos da en este fragmento y redacta, en estilo directo, esa conversación. A C T I V I D A D E S La confesión de Ana [Ana , la Regenta , teme contar a su confesor, el Magistral , los deseos que empieza a sentir hacia don Álvaro Mesía]. «Lo principal era no violentar el espíritu indisciplinado de la Regenta ; había que hacerla subir la cuesta de la penitencia sin que el la lo notase al principio, por una pendiente imperceptible, que pareciese camino llano; para esto era necesario caminar en zigzag, hac e r mu c h a s c u r v a s , a n d a r mu c h o y sub i r p o c o… , p ero no habí a remedio ; d e spu é s , más ar r i ba , ser í a otra cosa ; ya se le haría subir por la línea de máxima p endi ent e» . A sí , c on e st a s met áf ora s ge ométr i ca s pensaba el Magi stral en tal asunto, para él muy importante, porque la idea de que se le escapase aquella penitente, aquella amiga , le daba miedo. Una mañana el l a l e habló por f in de sus ensu eños ; cada palabra iba cubierta con un velo; pocas bastaron al Magistral para comprender ; la interrumpió, le ahorró la molestia de rebuscar las pocas frases cultas c on qu e cu ent a nu e stro r i c o i dioma para expre sar materias escabrosas; y aquel día pudo ser, merced a esto, la conferencia tan ideal y delicada en la forma como todas l as ant eriores . Pero él entró en el coro menos tranqui lo que so lí a . Arrel l anado en su siti al del coro alto, manoseando los relieves lúbricos de los brazos de su silla , De Pas, mientras los colegiales ponían el grito en el cielo, comentaba , como si rumiara , las revelaciones de la Regenta . «¡Soñaba! La fortaleza de la vigilia desvanecíase por la noche, y sin que ella pudiese remediarlo la mortificaban vi siones y sensaciones impor tunas, que a tener responsabi lidad de el las serían pecado ci er to… En pl ata , que doña Ana soñaba con un hombre…». Don Fermín se revolvía en la silla de coro, cuyo asiento duro se le antojaba lleno de brasas y de espinas. Y en tanto que el dedo índice de la mano derecha frotaba dos prominencias pequeñas y redondas del ar - tí stico bajorreli e ve, que representaba a l as hijas de Lot en un pasaje bíblico, él , sin pensar en esto, es claro, procuraba arrancar a las tinieblas de su ignorancia el secreto que tanto le importaba : ¿con quién soñ ab a l a Re ge n t a ? ¿ E ra p e r s on a d e t e rmi n a d a …? Y poni éndo se c o lorado c omo una amapo l a en l a p enumbra de su asi ento, que estaba en un rincón del coro alto, pensaba : ¿seré yo? Cl arín La Regenta 1 itinerario Monumento a la Regenta en Oviedo, con la catedral al fondo. 163
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