115 Tema 1. Mucho más que un libro Página 12. Volver a las fuentes Éx 20, 12 12Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar. Is 1, 2-3 2Oíd, cielos, escucha tierra, que habla el Señor: «Hijos he criado y educado, y ellos se han rebelado contra mí. 3El buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no comprende». Zac 1, 8 8Tuve una visión nocturna. Había un hombre montado en un caballo rojo entre los mirtos, en la hondonada. Tras él había caballos rojos, alazanes y blancos. Prov 15, 17-18 17Más vale ración de verdura con amor que buey cebado con rencor. 18Hombre impulsivo provoca peleas, hombre paciente calma contiendas. Cant 7, 12-13 12Ven, amado mío, salgamos al campo; pernoctemos entre los cipreses; 13amanezcamos entre las viñas; veremos si las vides han brotado, si se abren las yemas, si florecen los granados; allí te daré mis amores. Jon 1, 1-16 1El Señor dirigió su palabra a Jonás, hijo de Amitai, en estos términos: 2—Ponte en marcha, ve a Nínive, la gran ciudad, y llévale este mensaje contra ella, pues me he enterado de sus crímenes. 3Jonás se puso en marcha para huir a Tarsis, lejos del Señor. Bajó a Jafa y encontró un barco que iba a Tarsis; pagó el pasaje y embarcó para ir con ellos a Tarsis, lejos del Señor. 4Pero el Señor envió un viento recio y una fuerte tormenta en el mar, y el barco amenazaba con romperse. 5Los marineros se atemorizaron y se pusieron a rezar, cada uno a su dios. Después echaron al mar los objetos que había en el barco, para aliviar la carga. Jonás bajó al fondo de la nave y se quedó allí dormido. 6El capitán se le acercó y le dijo: —¿Qué haces durmiendo? Levántate y reza a tu dios; quizá se ocupe ese dios de nosotros y no muramos. 7Se dijeron unos a otros: —Echemos suertes para saber quién es el culpable de que nos haya caído esta desgracia. Echaron suertes y le tocó a Jonás. 8Entonces le dijeron: —Dinos quién tiene la culpa de esta desgracia que nos ha sobrevenido, de qué se trata, de dónde vienes, cuál es tu país y de qué pueblo eres. 9Jonás les respondió: —Soy hebreo y adoro al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme. Muchos de aquellos hombres se asustaron y le preguntaron: 10—¿Por qué has hecho eso? —Pues se enteraron por el propio Jonás de que iba huyendo del Señor. 11Después le dijeron: —¿Qué vamos a hacer contigo para que se calme el mar? —Pues la tormenta arreciaba por momentos. 12Jonás les respondió: —Agarradme, echadme al mar y se calmará. Bien sé que soy el culpable de que os haya sobrevenido esta tormenta. 13Aquellos hombres intentaron remar hasta tierra firme, pero no lo consiguieron, pues la tormenta arreciaba. 14Entonces rezaron así al Señor: «¡Señor!, no nos hagas desaparecer por culpa de este hombre; no nos imputes sangre inocente, pues tú, Señor, actúas como te gusta». 15Después agarraron a Jonás y lo echaron al mar. Y el mar se calmó. 16Tras ver lo ocurrido, aquellos hombres temieron profundamente al Señor, le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos. Hch 2, 42-43 42Y perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones. 43Todo el mundo estaba impresionado y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos.
RkJQdWJsaXNoZXIy