David Copperfield. Desde el principio Las novelas de aprendizaje más conocidas son muy variadas, pero comparten algunos rasgos. Una característica común es que el protagonista, ya sea hombre o mujer, suele ser una persona joven y algo ingenua que entra en conflicto con el mundo que la rodea. Ese conflicto es el que provoca que la acción de la novela se ponga en marcha. A lo largo de sus páginas, veremos cómo esa persona aprende a desenvolverse en el mundo, en muchos casos sin ayuda, y se va adaptando a él. David Copperfield, una obra publicada por el escritor inglés Charles Dickens en 1849, representa a la perfección a las novelas de aprendizaje. En ella, el protagonista nos cuenta su vida en primera persona y desde su nacimiento, de manera que podemos ir observando los duros problemas a los que se enfrenta: se queda huérfano, se ve obligado a dejar el colegio y ponerse a trabajar, trata de prosperar… Y también veremos cómo va superándolos para integrarse en la sociedad. A P R E N D I Z A J E S Nazco Si he de ser yo el héroe de mi propia vida , o si otro cualquiera ha de reemplazarme, eso lo dirán estas mi smas páginas. Para iniciar mi hi storia desde un principio, diré que nací , según me han dicho y creo, un viernes a las do ce en punto de l a no ch e. Y, cosa curiosa , t an pronto como el relo j comenzó a sonar, empecé a l lorar simultáneament e. Teni endo en cuenta el dí a y l a hora de mi nacimi ento, l a enfermera y alguna s c omadrona s d e l b a r r i o (qu e habí an d emo strado un g ran i nt e ré s p or mí v a r i o s m e s e s ant e s d e qu e no s hubi é s emo s c ono c i do p e r s ona l - ment e) declararon , primero, que yo estaba predestinado a ser desgraciado en esta v i da , y segundo, que gozarí a del priv i l egio de ver fantasmas y espíritus. Según el las, estos dones eran inevitablement e otorgados a todo niño (de uno u otro sexo) que tuv iera la desgracia de nacer en v iernes y a medianoche. No hablaré en est e momento de la primera de esas predicciones. Respecto a la segunda , solo haré constar que, a no ser que los v iese en mi primera i n f a n c i a , t o d av í a e st o y a g u a rd á n do l o s . Po r sup u e st o , n o e s qu e m e que je porque me hayan defraudado, pues, si algui en está di sfr utando de el los por equivocación , le agradeceré que los conser ve a su lado. Nací en Blunderston e, Suf fo l k, o «por ahí», como di cen en Esco ci a , y fui un niño póstumo. Los ojos de mi padre se cerraron a la luz de este mundo sei s meses ant es de que se abrieran los míos. Aun ahora hay algo extraño para mí en la idea de que jamás me conociera ; y algo más extraño todavía Texto 2 36
RkJQdWJsaXNoZXIy