El arte como fuente histórica Las obras de arte se emplean con frecuencia como fuentes históricas porque, al igual que los documentos escritos, aportan información de gran interés sobre la época en la que fueron creadas. Más allá de sus propuestas estéticas o técnicas, las obras artísticas constituyen evidencias históricas sobre sociedades, épocas y mentalidades colectivas. Es así como la obra artística se convierte en una fuente de valiosa información sobre la sociedad en la que surge. Las creaciones artísticas son documentos primarios en el pleno sentido de la palabra. Tanto si pretenden ser un reflejo de la realidad como si su objetivo es realizar una interpretación simbólica de esta, nos comunican una información con alto valor histórico. La principal dificultad para acceder a esta forma de comunicación es conocer el lenguaje en el que está elaborada: hemos de saber leer la obra artística no solamente desde la perspectiva estilística y técnica, sino también desde la óptica simbólica o iconológica, que es la que suele aportar la mayor información histórica. Los artistas muestran, a través de sus obras, tanto sus circunstancias personales como los pensamientos, los valores, las actitudes y los conocimientos de su tiempo. Toda obra de arte tiene un contexto cuyo conocimiento nos permite su mejor comprensión; pero, al mismo tiempo, la obra también contribuye a explicar el contexto o las circunstancias en los que surge. La consideración de las obras de arte como fuente histórica ha permitido la ampliación de los campos de estudio de la historia: las mentalidades, la vida cotidiana, la cultura material, el progreso tecnológico, la valoración del cuerpo humano… se han incorporado al «corpus» de la investigación histórica. Y la obra de arte supone, a este respecto, una fuente de información de primer orden. Por todo ello, la investigación histórica utiliza, cada vez más, las imágenes junto a otros tipos de fuentes, como los testimonios orales o los textos literarios. Se amplía así el concepto de fuente histórica, enriqueciendo con ello nuestro conocimiento del pasado. Las obras de arte nos posibilitan, en suma, imaginar y construir el pasado de una forma más viva. Aunque los textos son imprescindibles en el trabajo histórico, las fuentes artísticas son muy valiosas para comprender el poder de las representaciones visuales en la vida cultural, política y religiosa de las sociedades, porque atienden aspectos que el documento escrito puede expresar con mayor dificultad. El objetivo de esta obra es facilitar al estudiante de cuarto curso de ESO la identificación del arte como fuente histórica. Para ello, se expone una síntesis de las características esenciales de cada estilo artístico, citando algunos de sus representantes más destacados, y relacionando al movimiento con el contexto histórico en el que surgió. A continuación, se propone el descubrimiento, análisis e interpretación de obras artísticas para relacionarlas con su tiempo y obtener información histórica a partir de ellas. Presentación de la obra 4
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