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Si partimos de que el cine es un arte, entonces su función docente queda relegada frente a otros fines primordiales como impactar, emocionar, entretener o despertar en el espectador o espectadora unos sentimientos. Por ello, no se puede concebir la utilización del cine en el aula como un sustituto, más o menos eficaz, de una buena clase. Las películas no fueron concebidas para ello. Otra cosa es que el profesorado se pueda apoyar en este valioso instrumento auxiliar para despertar en los estudiantes alguno de los sentimientos mencionados; uno de ellos, la curiosidad. Porque es a través de la emoción, de la estética, de la intriga o de la pura sensación de diversión que aporta el cine, como quizá se pueda despertar la curiosidad por la Geografía o la Historia en los estudiantes de 1.º de ESO. Si logramos dar con la película adecuada, con el fragmento oportuno o con l a secuenc i a s i gn i f i ca t i va , es t amos convenc i dos de que d i cha cu r i os i dad se ac t i va rá y probablemente habremos sembrado futuros aprendizajes más autónomos a medio plazo y, a más largo plazo, recuerdos y sentimientos gratificantes en torno a nuestra área. Es por todo ello por lo que el cine en el aula, siendo un recurso auxiliar, resulta muy útil siempre y cuando se utilice como auténtico instrumento de trabajo y no como un mero elemento de repetición o fijación de contenidos, por ejemplo. ¿En qué momento debe ponerse una película a los estudiantes, al principio, durante o al final de impartir los contenidos relacionados? Todas las posibilidades tienen sus ventajas según el e s t i l o o l a s e s t ra t e g i a s de l p r op i o do c en t e y e s é l qu i en t i ene que de c i d i r. No s o t r o s no s l imi tamos a suger i r y, desde esa l ibertad, proponemos proyectar la pel ícula después de la explicación porque, al ser un instrumento auxiliar, su mejor aprovechamiento y la capacidad más crítica vendrán tras un conocimiento fundamental de los contenidos. ¿Películas completas o fragmentos? Nuestra propuesta para 1.º de ESO consiste en la selección de fragmentos, siempre fundamentada en criterios pedagógicos, porque permite una mejor explotación, así como una más lógica gestión del tiempo. Hay que pensar que una pel ícula íntegra tiene, como mínimo, una duración media de noventa minutos, lo cual ocuparía por lo menos dos periodos lectivos en programas de estudio ya muy sobrecargados. Además, una v i s i ón p r ev i a y c r í t i ca de l a pe l í cu l a en cues t i ón po r pa r t e de l docen t e l e ha rá l l ega r a l a conclusión de que en esta hay muchos aspectos innecesarios por su contenido o improcedentes por la edad de los estudiantes de 1. º de ESO. Por este mot ivo, a la hora de seleccionar los fragmentos, se ha preferido que sean, por un lado, breves y así poder trabajar detalladamente c o n e l l o s d e n t r o d e l p e r i o d o l e c t i v o a l q u e e s t a mo s c e ñ i d o s y, p o r o t r o l a d o, d i v e r s o s, atendiendo a criterios de complementariedad, pero también para ofertar distintas alternativas de las cuales el profesorado podrá escoger el fragmento que considere más oportuno. ¿Documentales o películas? Nuestra opción es la película y más para esta edad, sin menosprecio hacia el documental, porque no queremos perder la dimensión estética, inteligente y, por qué no decirlo, subjetiva del cine. ¿Acaso la Historia y la Geografía no lo son? ¿No es la Geografía una mi rada a l espac i o y l a H i s t o r i a una mi rada a l t i empo? Po r eso hemos t ra t ado de e l ud i r e l documental, en la medida de lo posible, y solo hemos recurrido a él cuando o bien este tiene mucho valor o bien no hay una alternativa cinematográfica adecuada. Esta opción ha supuesto un reto mayor para los contenidos de Geografía que para los de Historia, por eso en Geografía el criterio de selección de películas ha sido concebirlas siempre como un «viaje» por un paisaje que es contemplado, admi rado, temido o cr i t icado por sus protagonistas, es decir, los seres humanos. Son viajes hacia nuestro planeta desde el espacio, viajes desde la superficie de la Tierra hacia su interior, viajes a sus mares, a espacios polares o a latitudes tropicales, viajes a los espacios intervenidos por la acción humana, o viajes por los ríos de nuestro país, como el que hacen los troncos y sus gancheros por el Tajo. Creemos que si somos capaces de transmitir esta idea, esta sensación de recorrido por los espacios cercanos, remotos o incluso imaginarios, lograremos aproximar más a nuestros estudiantes a la Geografía concebida como una aventura y no como una mera disciplina de almacenamiento de datos. En el caso de la Historia, el trabajo de selección resulta más sencillo, porque la Historia es un tema permanente desde los orígenes del cine y hay una inmensa oferta en este sentido. Aquí han primado criterios de calidad cinematográfica en cuanto a intentar combinar un cine clásico, Presentación CCSS en el cine 63

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