10 Hoy, Fredi está de visita en casa de su amiga Rosalinde. Están jugando con una caja de construcciones y una excavadora. Rosalinde le está contando a Fredi que de mayor quiere ser portera de fútbol, ingeniera o capitana de navío. –¿Portera de fútbol? –dice Fredi–. ¡Estás chiflada, completamente chiflada! Y tampoco puedes ser ingeniera. Para ser ingeniera hay que hacer muchos cálculos, y te equivocarás. Rosalinde ayuda siempre a Fredi con los deberes de matemáticas. Si no hubiera tenido a Rosalinde de compañera de pupitre, le habrían puesto un montón de suspensos, porque cuando la profesora le pregunta a Fredi, Rosalinde le sopla en voz baja. –Además, las chicas no entendéis nada de técnica –añade Fredi. El día anterior, Rosalinde había arreglado el bolígrafo de cuatro colores de Fredi, porque él no sabía hacerlo. Y otro día, Rosalinde le tuvo que explicar a Fredi para qué sirven las ruedas del despertador, por qué un despertador necesita un resorte para la cuerda y por qué un reloj de pilas no necesita resorte. Rosalinde lo sabe porque su abuelo se lo ha explicado. –Y que seas capitana de navío es completamente imposible –continúa Fredi–, porque un capitán tiene que ser muy valiente. Necesita tres veces más valor del que puedes tener tú. En ese momento, Rosalinde se pone furiosa y grita: –¿Quién se atreve a saltar desde el trampolín de tres metros? ¿Tú o yo? ¿Quién se atreve a bajar al sótano oscuro? ¿Tú o yo? ¿Y quién se atreve a trepar al castaño? –Yo también podría hacerlo. Lo que pasa es que no quiero –dice Fredi. Entonces, la furia de Rosalinde llega a tal extremo que se pone roja y tiembla de ira. Se levanta de un salto y agarra a Fredi por un brazo. –¡Reconoce que soy, por lo menos, tan valiente como tú! –vocifera. Fredi se queda pensando que su amiga tiene razón. Rosalinde es mucho más valiente que él. Y es mejor en matemáticas. Y además sabe arreglar cosas… Pero Fredi es muy cabezota y no lo va a reconocer. Ficha 2 Rosalinde
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