e=mc2 e=mc2 1 Como en el museo estaba prohibido hacer fotografías, Paula sacó un cuaderno y un bolígrafo de su mochila y empezó a copiar los signos. Mientras dibujaba, pensó: «Ojalá pudiera viajar en el tiempo y trasladarme al antiguo Egipto». De repente, se apagó la luz. La oscuridad era total. Una suave brisa comenzó a soplar. Los jeroglíficos que Paula había dibujado comenzaron a brillar y a desprender una luz cada vez más intensa. Se elevó del suelo. Su cuerpo empezó a flotar y a girar en el vacío a toda velocidad. Y, de pronto, todo se paró súbitamente, igual que había empezado. Cuando abrió los ojos, vio que se hallaba sentada en el suelo de una habitación con muy poca luz. No tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado. —¿Quién eres y cómo has conseguido entrar aquí? —preguntó a sus espaldas una voz ronca. La niña se volvió hacia la voz y descubrió a un extraño personaje de ojos negros que iba vestido con una túnica blanca. Luego, se dio cuenta de algo sorprendente: justo detrás de ese hombre había una tumba egipcia enorme que ocupaba toda una pared y, junto a ella, estaba la losa negra de los jeroglíficos, brillante, enorme y… ¡como nueva! Paula, de pronto, cayó en la cuenta de lo que estaba sucediendo: ¡Su deseo se había hecho realidad: había viajado al antiguo Egipto! 1 MARCA si las siguientes afirmaciones son verdaderas (V) o falsas (F). El abuelo de Paula le ofreció celebrar sus buenas notas con una visita al museo. Paula llevó una cámara de fotos para capturar los jeroglíficos de la exposición. El abuelo propuso empezar por la sala de los jeroglíficos. Los jeroglíficos que Paula dibujaba en su cuaderno comenzaron a brillar. 7
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